Las píldoras anticonceptivas y sus efectos

Las píldoras anticonceptivas y sus efectos

Las pastillas anticonceptivas son un medicamento hormonal para la prevención del embarazo. Este método anticonceptivo es de los más populares entre las mujeres gracias a su practicidad y su efectividad, que es alrededor del 98%. Sin embargo, existen múltiples efectos secundarios negativos que van de la mano con el uso de estos medicamentos.

¿Cuáles son los efectos secundarios?

Según la clínica Mayo, algunos de los más populares son: dolores de cabeza, náuseas, hinchazón abdominal, aumento de presión arterial, sensibilidad en los senos y sangrado intermenstrual. Aunado a esto también pueden aumentar la ansiedad, provocar depresión, aumentar la dificultad para construir músculo,

Por otro lado, las píldoras anticonceptivas también aumentan el riesgo de ciertas afecciones como los coágulos sanguíneos en las piernas (trombosis venosa profunda), trastornos hepáticos y hasta ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares (particularmente en el caso de quienes fuman).

¿Para qué más se receta?

Por otro lado, la pastilla anticonceptiva también suele tener los siguientes efectos: puede usarse para saltarse el período, prevenir el riesgo de cáncer de ovario, hacer que los períodos sean más ligeros, más regulares y menos dolorosos, mejorar el acné y ayudar con los síntomas del síndrome de ovario poliquístico (SOP) y la endometriosis. Estas razones son sumamente populares tanto en la decisión de muchas mujeres de tomar estas pastillas como en la de los doctores en recetarlas.

Es importante mencionar que, a pesar de que puede haber mujeres que al usarla experimenten un alivio en trastornos como dolores menstruales intensos o acné, la píldora anticonceptiva no trata estos problemas de raíz. La píldora anticonceptiva funciona como un paliativo para problemas reales (que, irónicamente, no tienen que ver con la reproducción) y al mismo tiempo trae consigo efectos secundarios negativos serios. Muchas mujeres toman la píldora durante varios años y afirman que al dejarla los dolores menstruales y el acné regresan mucho peores que antes. Es decir, no arregla el problema inicial de raíz y ahora hay que lidiar con los efectos negativos que dejó a causa de años tomando el medicamento.

Las nuevas tendencias

A causa de testimonios compartidos sobre los efectos negativos de estas pastillas, muchas mujeres en el mundo están decidiendo dejar de tomar estos métodos y optar por métodos anticonceptivos naturales como el método del ritmo. Esta tendencia también se ha hecho popular a través de las redes sociales e influencers compartiendo información favoreciendo métodos naturales.

Por otro lado, muchos expertos se han mostrado alarmados por estas tendencias debido a que las personas que abogan por estos métodos no son profesionales médicos. Al mismo tiempo, muchos países están atestiguando tendencias políticas ultra conservadoras que ponen en peligro el acceso libre al aborto, como en el caso de Estados Unidos, uno de los países que ha registrado una caída en el consumo de este medicamento.

 

Esta no es una cuestión menor. El control de la fertilidad ha sido una de los grandes logros para que las mujeres puedan tomar las riendas de su propia vida y tener control sobre cuándo quieren tener hijos (o si sí quieren tenerlos). Gracias a esto las mujeres han podido desarrollarse en diferentes profesiones y en muchos casos optar por maternidades mejor planeadas de acuerdo a sus circunstancias.

Sin embargo, no es posible normalizar que los efectos secundarios de este medicamento tomado por millones de mujeres en el mundo sea también el responsable de un franco deterioro en la calidad de vida. Y al mismo tiempo es alucinante pensar que puede terminar siendo un factor causante de un ataque cardíaco o accidente neurovascular.

Es aún más descabellado pensar que seguimos recurriendo a este medicamento para trastornos que no tienen nada que ver con el control de la fertilidad, muchas veces estimulando que las mujeres pasen la mejor parte de su vida tomando estos medicamentos. Ninguna mujer debería poner su cuerpo en riesgo de esta manera por motivos que se pueden controlar de otra manera (claro, si el médico en cuestión está dispuesto a ver más allá).

En conclusión, todas las mujeres tienen derecho a decidir sobre su vida sexual y el control de su fertilidad. Sin embargo, es importante hacer que todos estos efectos secundarios (los mayores y los menores) sean de conocimiento común de toda paciente que decide tomar este medicamento. Y al mismo tiempo, exigir a los profesionales médicos alternativas a estos medicamentos en los casos en los que el control de fertilidad no es el asunto a resolver.

 

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TatianaMara/Shutterstock

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