Si bien cuando hablamos del aborto, pensamos automáticamente en mujeres cisgénero, este es un tema que incluye a la comunidad LGBTQ+. Específicamente a los hombres trans y personas no binaries. Pues este sigue siendo un tema con poco o nulo conocimiento cuando hablamos de masculinidades trans y personas no binaries.
Los hombres trans, personas transmasculinas y personas no binaries asignadas al género femenino al nacer, constantemente quedan fuera del imaginario social cuando hablamos de temas sociales, no solo del aborto. (Falta ver toda la discusión sobre mujeres trans en espacios femeninos, pero la poca conversación alrededor de los hombres trans, pero esa es conversación para otro día).
Quedan fuera de las estadísticas, las discusiones y legislaciones en torno a un derecho que los Estados deben garantizar a todas las personas con capacidad de gestar: el aborto seguro.
El aborto seguro en masculinidades trans aún está pendiente de integrar, no solo en lo anterior, pero más importante: en los sistemas de salud y personal médico. Un desafío en las discusiones por los derechos sexuales y reproductivos.
La Agencia Presentes realizó un profundo reportaje sobre el aborto en masculinidades trans y personas no binaries en América Latina, en el que consultó a activistas de diversos países de la región para entender por qué debemos sumar las experiencias transmasculinas dentro de la discusión y las reformas por la legalización del aborto.
Un importante análisis para saber qué hace falta tomar en cuenta, y qué acciones debemos hacer.
Primero lo primero: el aborto en América Latina
Los avances en cuanto al aborto han sido distintos en los países Latinoamericanos, y a paso lento. Muchos países aún mantienen la prohibición absoluta, como lo son El Salvador, Honduras, Nicaruagua y República Dominicana; y continúan criminalizando el aborto.
Están también los marcos legales donde se permite la interrupción voluntaria en casos específicos, como cuando es producto de una violación; cuando hay riesgo a la salud física y mental; o cuando hay inviabilidad fetal. Y hay algunos países ya es legal bajo cualquier circunstancia, dentro de los plazos establecidos y los sistemas de salud, como en Cuba y Uruguay.
En el caso de México, como sabemos solo en Oaxaca y la Ciudad de México ya es legal el acceso al aborto seguro en estos casos, sin embargo aún nos falta mucho. Ya que aunque vamos avanzando en la despenalización del aborto, para evitar la criminalización, aún falta eliminar el delito del Código Penal Federal, que la despenalización y legalización suceda en todos los estados, y claro el acceso real a este servicio.
La invisibilización de hombres trans y otres identidades
Sin embargo, en la mayoría de las reformas o leyes sobre la interrupción legal del embarazo, no hay ninguna mención de personas trans y no binaries con capacidad de quedar embarazades. Solamente en Argentina se presentó un proyecto hace dos años, donde se enunciaba a «mujeres o personas con capacidad de gestar», pero este fue rechazado por el Senado del país.
Además, en América Latina no hay datos oficiales sobre el aborto en el caso de hombres trans. Mucho menos sabemos cuántos hombres trans mueren por abortos inseguros, y en condiciones de criminalización.
«Que hoy no haya estadísticas oficiales sobre abortos y masculinidades es un claro ejemplo de la invisibilidad a la que somos condenados. Eso da cuenta de una deuda clara con nuestras comunidades y no se puede seguir aplazando», sostiene Ese Montenegro, activista y autor argentino.
No hay informes, ni en la región ni en cada país, que nos permita dimensionar el problema que también enfrentan los hombres trans: las violaciones «correctivas» de las que pueden derivar embarazos no deseados. (Sí, eso sigue sucediendo).
De acuerdo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la esencia de estos delitos consiste en sancionar a las sexualidades y géneros que se sale de las normas «tradicionales». En su informe de 2015 sobre Violencia contra personas LGBTI, advierten que es uno de los tipos de violencia que menos se denuncia en el continente.
Estas violencias, la exclusión de las masculinidades trans en las reformas, y el prejuicio y discriminación de la sociedad, hace que los hombres trans y personas no binaries se enfrentan a diversos obstáculos a la hora de decidir si abortar o no. Que van desde tener que negar su identidad de género, hasta a asumir un embarazo no deseado.
En la entrevista con Presentes, Alex Castillo, coordinador del colectivo Trans-Formación de Guatemala, señala que muchos hombres trans han tenido que asumir la responsabilidad de ser padres, como resultado de estos abusos sexuales
«Nos toca asumir todo un rol de crianza, la cual se vuelve una carga muy pesada (que) te hace tener que dejar por un lado tu identidad de género. Los hijos también son víctimas colaterales de la violencia», comenta Castillo.
Por su lado, Sony Rangel detalla que es posible que no se dé una atención digna a los hombres trans, por los prejuicios y la discriminación. Señala que los centros de salud, públicos y privados, aún dan libertad a los médicos de decidir si practicar o no con base en sus prejuicios.
«Esto puede provocar y ha provocado negligencia y prácticas mal hechas para perjudicar al paciente. La educación médica general no incluye temas de diversidad sexual y eso genera que no sepan de la existencia de otras identidades con cuerpos gestantes. Falta mucha empatía e información, no se nos reconoce y mucho menos respeta a nivel general», dice Rangel.
Hay que nombrar a todes
El activista y autor argentino, Ese Monetenegro señala a la heteronormatividad y cisexismo como formas de violencia que impactan en las vidas de las personas transmasculinas.
«Se vuelve vital que nuestras miradas y experiencias sean parte de estas discusiones sobre las que construyen los derechos sexuales y (no) reproductivos», comenta el también docente.
Por otro lado, para Santiago Balvín, de la colectiva No Tengo Miedo, debemos también cuestionar las formas en cómo se intenta incluir a las personas trans en estas reformas y normativas.
Balvín considera que englobar a varias identidades en el término ‘personas con capacidad de gestar’ les borra como «personas que están participando en esta lucha por un aborto libre». Pues borra las vivencias que han tenido por haber nacido con vulva, o por haber tenido vivencias que también han tenido mujeres cisgénero.
«Creo que, aunque haya trabajo es importante mencionar: aborto para mujeres, transmasculinidades y trans no binaries asignades mujeres al nacer. Si no se menciona no existimos», agrega.