La invitación de estos tres famosos directores acusados de agresión sexual ha creado controversia en el Festival de Venecia: Roman Polanski, quien presentó la farsa satírica The Palace; Luc Besson, con su drama de supervillanos Dogman; y Woody Allen presentó el lunes su el thriller en habla francesa Coup de Chance.
El Festival de Cine de Venecia es uno de los más prestigiosos del mundo, donde se presentan películas aclamadas por la crítica. Sin embargo varios críticos le dijeron a BBC Culture que rechazaron escribir reseñas de las tres películas.
Además, en la premier de la película de Allen, antes de ser expulsados, se reportaron protestas de manifestantes que gritaban: «No a la cultura de la violación».
Situación de los casos
Polanski se escapó de EE.UU. a Francia en 1978, la noche anterior a recibir la sentencia, tras haberse declarado culpable de mantener una relación sexual ilegal con una menor, un delito menos severo que la acusación inicial en su contra de drogar y violar a una niña de 13 años.
Posteriormente ha sido acusado de agresión por otras mujeres, casos que él niega.
Besson ha sido acusado de violación por varias mujeres también: en una instancia, fue encontrado libre de todos los cargos mientras, que en los otros, nadie presentó cargos en su contra.
A Woody Allen se le acusa de haber abusado de su hija adoptiva Dylan Farrow en 1992. El caso se investigó, pero no llevó a cargos criminales, pero el caso ha resurgido en diferentes ocasiones, la más reciente en 2021 a través de un documental de la cadena estadounidense HBO.
La inclusión de estas cintas en el palmarés del festival podría simplemente ser reflejo de la diferencia entre la actitud de EE.UU. y la de Europa frente a los escándalos.
Hasta hace muy poco, los tres directores eran la crema y nata de Hollywood. En 2003, Polanski ganó el Oscar a mejor director por su película «El pianista», y en 2014, la película Blue Jasmine de Woody Allen obtuvo tres nominaciones.
Los ánimos han cambiado desde entonces.
Un punto de inflexión fueron las acusaciones de abuso sexual contra el gigante de la industria Harvey Weinstein que publicaron tanto The New York Times como la revista The New Yorker, en 2017. El hashtag MeToo tomó vuelo inmediatamente después.
A Polanski lo expulsaron de la Academia de Hollywood en 2018.
A Johnny Depp, a quien su exesposa Amber Heard acusó de abuso doméstico (desde entones ha ganado un caso y perdido otro) lo despidieron de la franquicia “Bestias fantásticas” de Harry Potter en 2020. Pero el Festival de Cannes abrió en mayo con Jeanne Du Barry, un drama de época en el que Depp aparece como el rey Luis XV.
Thierry Fremaux, el delegado general de Cannes, dijo en el momento que no era su trabajo decidir si un actor es culpable o inocente. Alberto Barbera, director artístico del Festival de Venecia, tiene una posición parecida.
Cuando se le preguntó sobre los directores en el diario británico The Guardian, dijo: “No soy quién para hacer un juicio sobre el mal comportamiento de alguien. Soy un crítico de cine, mi trabajo es juzgar la calidad de sus películas”.
Agregó que Polanski “pidió ser perdonado por la víctima y la víctima le dio su perdón”. Estaba haciendo referencia a Samantha Geimer, la mujer que acusó a Polanski de violación cuando tenía 13 años, y que ha pedido que se retiren los cargos.
“¿Por qué razón deberíamos prohibir una película cuando no son culpables frente a la justicia? ¿Por qué tenemos que ser más estrictos en su contra? Necesitamos más fe en el sistema de justicia”.
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