El papa León XIV confirmó que no habrá reformas en los temas más sensibles de la Iglesia católica. En su primera entrevista como pontífice, incluida en el libro “León XIV: ciudadano del mundo, misionero del siglo XXI”, fue contundente:
“Me parece muy improbable, ciertamente en un futuro cercano, que la doctrina cambie en lo que enseña sobre la sexualidad y el matrimonio”, señaló el pontífice de 70 años, de origen peruano-estadounidense.
Su postura marca continuidad con la línea de su predecesor, Francisco, aunque descarta ir más allá en materia de apertura. León XIV reiteró que no habrá mujeres diaconisas ni modificaciones en la enseñanza sobre el matrimonio igualitario. Afirmó que seguirá impulsando el papel de la mujer en puestos de liderazgo, pero sin acceso al sacramento del orden.
En cuanto a la comunidad LGBTQ+, el papa fue claro: “Todos están invitados a entrar, pero no invito a una persona porque sea o no de una identidad específica”. Con esta frase buscó reafirmar el mensaje de inclusión, aunque sin alterar la doctrina. La decisión contrasta con la medida de Francisco en 2023, cuando autorizó bendiciones a parejas del mismo sexo, lo que generó protestas en sectores conservadores.
Desafíos sociales, abusos y política internacional
El papa León XIV también abordó los desafíos sociales y morales que enfrenta la Iglesia. Ratificó su defensa de la familia tradicional —padre, madre e hijos— y pidió fortalecerla ante los cambios sociales recientes. Sobre los abusos sexuales cometidos por religiosos, pidió gran respeto y comprensión para las víctimas, pero advirtió que el tema no debe convertirse en el centro de la Iglesia. Recordó que en 90% de los casos las denuncias son auténticas, aunque reconoció que también se han dado falsas acusaciones.
El pontífice expresó preocupación por la creciente brecha entre ricos y clase trabajadora. Citó a Elon Musk como símbolo de la concentración de riqueza y advirtió: “Si eso es ya lo único que tiene valor hoy, estamos en un gran problema”.
En política internacional, León XIV pidió distinguir entre las acciones del gobierno israelí y la comunidad judía al hablar del conflicto en Gaza. También señaló que el Vaticano no asumirá un rol de mediador en la guerra entre Rusia y Ucrania, aunque dejó abierta la posibilidad de acoger futuras negociaciones.
Con estas declaraciones, el nuevo papa busca estabilidad en la Iglesia, calmando a los sectores conservadores y manteniendo el rumbo doctrinal. La gran incógnita es cuánto tiempo podrá sostener esta línea frente a las crecientes demandas de apertura en el siglo XXI.
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