¿Cómo contribuyen los hombres al embarazo?

¿Cómo contribuyen los hombres al embarazo?

Mucho se ha hablado sobre los múltiples cuidados que las mujeres tienen que tener una vez que se embarazan. Todo su estilo de vida debe cambiar en función de la salud del bebé, imponiendo muchas veces una serie de restricciones como no consumir alcohol, pescado crudo, adoptar una dieta balanceada y limitar su actividad física a movimientos que sean seguros para el bebé.

Y todo esto tiene sentido, pues su cuerpo está pasando una serie de cambios para mantener vivo a un potencial ser humano que debería de llegar al mundo lo más sano posible. Sin embargo, debido a la gran responsabilidad que las mujeres deben adoptar para llevar el embarazo a término de manera segura para ellas y el bebé, a veces olvidamos la parte tan importante que juegan los hombres para que esto pueda suceder.

La responsabilidad masculina

El tener un hijo es una labor compartida, ¿entonces cómo es que influyen los hombres en el proceso? Investigaciones recientes han demostrado que los genes codificados en el esperma masculino pueden ser modificados por el entorno en el que se desarrollaron (es decir, el estado de salud del padre), y esas modificaciones pueden afectar al niño en desarrollo.

Siempre hemos creído que los hombres simplemente aportaban material genético con el esperma. Un espermatozoide era un espermatozoide, y solo transportaba el ADN del hombre al óvulo. Ahora, en investigaciones que se han ido desarrollando en los últimos años, estamos empezando a ver que los genes codificados en el esperma pueden ser modificados por el entorno en el que se desarrollaron, es decir, en el hombre. Y esas modificaciones podrían afectar al niño en desarrollo.

En 2013, en la revista Journal of Neuroscience, investigadores informaron que los padres ratones estresados ??presentaban cambios en su esperma y que sus crías presentaban respuestas anormales al estrés en comparación con las crías de padres ratones no estresados.

La producción de un esperma de ratón tarda unos 42 días. Durante ese tiempo, los investigadores expusieron a los padres ratones a una situación estresante cada día: olor a zorro, ropa de cama mojada, estar encerrados en un tubo durante 15 minutos, ruidos nuevos, entre otras. El esperma de los padres ratones estresados ??tenía el mismo ADN que el de los padres no estresados, pero la forma en que se procesaba el ADN era diferente. Y las crías de ratón tuvieron respuestas de estrés anormales cuando eran ratones adultos.

De manera que no solo es la información genética inalterable la que se puede ver reflejada en el semen (como enfermedades crónicas y hereditarias) sino los mismos hábitos y estado de salud del padre. 

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Al mismo tiempo, existen alteraciones del embarazo que están específicamente ligados a una mala calidad del semen y del espermatozoide que afectan las posibilidades de supervivencia del feto y afectan negativamente el embarazo de las mujeres. Estas son algunas de ellas:

  • Preeclampsia y desarrollo de la placenta

La preeclampsia es una complicación del embarazo que se caracteriza por presión arterial alta y daño a otros sistemas de órganos, como el hígado y los riñones. Generalmente se desarrolla después de la semana 20 de gestación, pero también puede ocurrir en el período postparto. La causa exacta se desconoce, pero se cree que está relacionada con problemas en la placenta

La exposición al semen paterno, especialmente en forma de líquido seminal, desempeña un papel importante en el riesgo de preeclampsia. La exposición repetida al semen del padre antes del embarazo, especialmente a través de una convivencia prolongada y sin anticonceptivos de barrera, puede reducir la probabilidad de preeclampsia en embarazos posteriores. Sin embargo, los espermatozoides defectuosos, específicamente aquellos con alta fragmentación del ADN, se han vinculado a un mayor riesgo de preeclampsia. Además, el uso de semen de donante, que evita la exposición habitual previa al embarazo, se asocia con una mayor incidencia de preeclampsia.

Los espermatozoides y el líquido seminal pueden afectar significativamente el desarrollo y la función placentaria mediante mecanismos epigenéticos y señalización hormonal, lo que influye en el crecimiento fetal y la salud de la descendencia. Factores paternos, como la calidad del esperma y la exposición a factores ambientales, pueden afectar la capacidad de la placenta para regular la transferencia de nutrientes y la producción hormonal, lo que podría provocar complicaciones como la preeclampsia o la restricción del crecimiento intrauterino.

  • Náuseas matutinas

El esperma no causa directamente las náuseas matutinas, pero la exposición al semen antes del embarazo puede influir en la gravedad de los síntomas en algunas mujeres. El semen contiene proteínas y microbios específicos de cada persona, y la exposición antes del embarazo puede ayudar al sistema inmunitario materno a desarrollar tolerancia a estos, lo que podría reducir las náuseas y los vómitos durante el embarazo. Además, un estudio reciente sugiere que la hormona GDF15 ( una proteína que actúa como una señal de estrés y está involucrada en diversos procesos fisiológicos y patológicos), relacionada con las náuseas matutinas, está presente en niveles más altos en mujeres que experimentaron pocas o ningunas náuseas y vómitos durante el embarazo.

  • Semen y tolerancia inmunitaria:

El semen contiene antígenos (proteínas y microbios) específicos de la persona que lo produce. Cuando una embarazada se expone a estos antígenos antes del embarazo (por ejemplo, a través del sexo oral o el contacto con el semen), su sistema inmunitario puede desarrollar tolerancia. Esta tolerancia puede reducir la gravedad de las náuseas matutinas, ya que el sistema inmunitario puede ser menos propenso a reaccionar al feto en desarrollo, que también porta algunos de los mismos antígenos paternos.

Lo que hace que este hallazgo sea aún más interesante es que la alta fragmentación del ADN en los espermatozoides está relacionada con la salud general del padre y es potencialmente tratable. La mayor parte del daño al ADN se debe al estrés oxidativo, que es un desequilibrio entre las moléculas dañinas y los antioxidantes que protegen las células. Esencialmente muchos de estos problemas que afectan tanto a las mujeres durante el embarazo (en muchos casos llevándolas incluso a perder al bebé) podrían ser solucionadas con un simple check up a través de estudios sencillos y la mejora general de hábitos. Los médicos recomiendan que estos cambios se realicen desde por lo menos 90 días antes de empezar a intentar concebir, pero si puede ser más tiempo las probabilidades de un bebé y un embarazo sano son mucho mayores.  Otros factores que aumentan la fragmentación del ADN incluyen la edad del hombre, el tabaquismo, la obesidad y las infecciones.

Ya es tiempo de que entendamos que si la paternidad es compartida, la responsabilidad que conlleva la concepción también debería de serlo. No solo porque la mujer es la que carga al bebé durante 9 meses significa que solo es ella la que debe priorizar su salud. No se trata de que el hombre solo “contribuya” si no que vea este proceso como algo que es tan suyo como de la mujer, y no que su participación es secundaria.

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