Mark Zuckerberg y el «Club de Toby»

Mark Zuckerberg y el «Club de Toby»

En la víspera del regreso de Trump a la política norteamericana, varios personajes han “retomado fuerza” en el marco de una nueva era de desdén a lo políticamente correcto y abrazando las ideas que probablemente nunca se sintieron cómodos aceptando abiertamente.

 

Gigantes del tech como Mark Zuckerberg, Elon Musk y Jeff Bezos (aunque en menor medida) han surgido como fieles aliados de Donald Trump en medio de la era de la “reivindicación de la masculinidad”. Pero, ¿a qué se refieren?

 

Mark Zuckerberg y la masculinidad frágil

Mark Zuckerberg estuvo recientemente en el podcast de Joe Rogan para lamentar la ausencia de “energía masculina” en el mundo corporativo.

“Creo que gran parte del mundo corporativo está culturalmente castrado”, dijo Zuckerberg durante la conversación de casi tres horas, y agregó: “La energía masculina es buena y, obviamente, la sociedad tiene mucha de ella, pero creo que la cultura corporativa estaba “realmente tratando de alejarse de ella”. Zuckerberg continuó: “Creo que tener una cultura que celebra la agresión un poco más tiene sus propios méritos que son realmente positivos”.

 

No está claro qué quiso decir exactamente Zuckerberg con esto. Los hombres dominan la mayoría de los campos de alto estatus y altos salarios. Una gran mayoría de ejecutivos corporativos de alto nivel, desde vicepresidentes y vicepresidentes senior hasta directores ejecutivos y directores financieros, son hombres. En el mundo de Silicon Valley, es decir, el mundo de Zuckerberg, las mujeres siguen siendo una minoría. Alrededor del 25% de los empleos tecnológicos están ocupados por mujeres y, según un informe de 2021, un escaso 4,7% de las empresas de Silicon Valley 150 tienen una mujer como directora ejecutiva, en comparación con aproximadamente el 6 %de las empresas del S&P 500 que pueden decir lo mismo.

 

Cuando Zuckerberg habla de “energía masculina” y “agresión”, parece estar imaginando la “masculinidad” de un adolescente mayor o de un adulto más joven. La masculinidad de alguien que no tiene obligaciones ni responsabilidades reales.

¿Cuál innovación?

Y es que esta parece ser la tirada de todos estos hombres, quiénes parecen haber dejado atrás la supuesta fachada de hombres de ciencia y de innovación para dar paso a los hombres con ideas misóginas y retrógradas (que, aparentemente, siempre fueron).

 

Y es que lo más difícil de entender del descenso público de Mark Zuckerberg hacia el lado más radical de la política y de la opinión pública es cómo una persona que supuestamente apostaba por la innovación terminó siendo tan profundamente conservadora.

 

Pero esto es exactamente lo que se esperaría en un país donde el abanderado del “retorno” de la masculinidad al mundo político y cultural es Donald Trump, un hombre inmaduro y egoísta, narcisista y abiertamente misógino. 

 

 Trump representa la masculinidad como misoginia, dominio, explotación y –como dice Zuckerberg– agresión. Más concretamente, Zuckerberg y los magnates tecnológicos de ideas afines tienen intereses materiales directos en cultivar la gracia de Trump mediante la representación de su marca de masculinidad. Meta, por ejemplo, quiere debilitar a sus competidores, suprimir la regulación y liberarse de la amenaza de la aplicación de las leyes antimonopolio.

 

Y es que todos estos hombres (Zuckerberg, Musk y Bezos, entre otros), debajo de la fachada en la que defienden la agresividad y la masculinidad tradicional, parecen estar profundamente asustados de las múltiples revoluciones que han causado esta actitud defensiva para conservar sus privilegios.

 

Desde el movimiento feminista pasando por el fortalecimiento de la comunidad LGBTQ+, el escrutinio público a los millonarios y la desigualdad del sistema, estos hombres tienen razones reales para temer perder todos los privilegios que han tenido a lo largo de sus vidas. Y están haciendo todo en sus manos para conservarlos, incluso a cuestas de que se les siga tomando en serio como figuras públicas en su campo. Quizá eso nunca fue su deseo.

 

Es sumamente importante que este supuesto “despertar” de figuras como Elon Musk y Mark Zuckerberg en la que están adoptando discursos francamente impresentables no es más que una muestra de su profundo miedo ante las revoluciones que no pueden evitar. Y ante la comunidad (que a su vez convive en sus propias plataformas) que ya no los acepta y el movimiento que no pueden detener. Y a pesar de que no sabemos qué tanto poder puedan acumular durante la administración de Trump, es un hecho que el enorme rechazo que generan este tipo de actitudes y el escrutinio público termina por reducir su impacto.

 

Nada asusta más a un adolescente que ser rechazado públicamente por sus amigos o ser ignorado por la niña que le gusta. Y aparentemente ese es el mismo nivel de madurez con el que parecemos estar lidiando con Mark y sus amigos.

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