Mejorando los propósitos de Año Nuevo

Mejorando los propósitos de Año Nuevo

Los primeros días del mes de enero suelen llevar consigo una curiosa motivación que rara vez tenemos a lo largo del año. Esto se debe a los propósitos de año nuevo que solemos ponernos y que nos llaman a hacer ciertos cambios en nuestra rutina. Sin embargo, muchas veces estos hábitos no terminan por ver al mes de junio, y mucho menos el final del año. Pero, ¿será que esto es solo una cuestión de falta de disciplina? ¿O hay algo más detrás de este fracaso?

 

Entendiendo los propósitos

Los propósitos de Año Nuevo existen desde principios del siglo XIX y quizás desde finales del siglo XVII. Hace 200 años, la gente no solo hacía propósitos, sino que también los incumplía y los usaba como excusa para excederse antes del Año Nuevo.

 

Y, sin embargo, a pesar de nuestras mejores intenciones, a muchos nos cuesta cumplir nuestros propósitos de Año Nuevo. A menudo hay una brecha entre nuestras ambiciones y nuestra realidad.

 

Nos empeñamos en alcanzar algo que no podemos controlar. No nos damos cuenta hasta que estamos bien encaminados con cumplir estas metas de que nos falta tiempo, energía, habilidades, equipo o apoyo para alcanzar las metas que nos hemos propuesto. O tal vez simplemente nos hemos comprometido a cumplir demasiadas a la vez.

 

Tal vez el problema sea que elegimos las metas equivocadas desde el principio: metas que creemos que deberíamos perseguir en lugar de las que realmente nos sentimos motivados a alcanzar.

 

Y es que tantas de estas metas van de acuerdo a la imagen que nos sentimos obligados a cumplir para los demás: perder peso, tener un cuerpo que se vea de una manera en específico, vestirnos mejor, etc.

 

Y es que, en el fondo, quizá no encontramos la motivación necesaria para cumplir nuestras metas si una parte de nosotros sabe que vienen desde el sentirnos insuficientes y, por lo tanto, hacerlo nuestro objetivo ser de la manera que los demás esperan que seamos.

Construyendo mejores propósitos

Y es que la idea de los propósitos de año nuevo no está mal, sino la manera tan trillada y, hasta cierto punto, tóxica desde donde nos hemos acostumbrado a construirlos.

 

Imaginar una lista de propósitos basados en nuestras verdaderas necesidades individuales y en mejorar nuestro bienestar (más allá de cómo nos veamos) sería una verdadera herramienta para mejorar nuestras vidas. Si tan solo logramos aprender cómo usarla.

 

Aquí te presentamos algunos consejos para construir mejores propósitos:

 

  • Tu salud primero: Cualquier propósito que sirva tu salud más allá de tu imagen es uno que vale la pena cumplir. Es importante recordar que las necesidades de tu cuerpo pueden variar según tu edad, pero hay cosas como comer verduras en cada comida, hacer por lo menos 15 minutos de ejercicio diariamente y beber más agua siempre le caerán bien a tu cuerpo
  • Repensar el movimiento: aunque los gimnasios se llenan de gente queriendo adelgazar cada mes de enero (y se vacían para marzo) es importante recordar que el ejercicio que cada uno necesita puede verse muy diferente según cada persona. Ejercicios como caminar, zumba o pilates pueden ser enormemente efectivos para tu salud física y mental aunque no sean los mayores “trends” en redes sociales.
  • Menos es más: no necesitas una lista de 15 propósitos inalcanzables que vengan desde lo que los demás esperan de ti. Si eres capaz de proponerte dos o tres propósitos que sean realmente significativos para ti y que mejoren tu calidad de vida notarás inmediatamente la diferencia
  • No olvides tu salud mental: es esencial que tus propósitos sirvan también para atender tu salud mental. Pasar más tiempo en exteriores, menos tiempo en redes sociales y reevaluar qué relaciones quieres conservar en tu vida son buenas maneras de empezar.

 

Vale la pena recordar que los propósitos de año nuevo son un ejercicio de disciplina para construir nuevos hábitos, por lo que no siempre será agradable y mucho menos fácil. Sin embargo, si intentamos adecuar nuestros propósitos a nuestras necesidades reales y a satisfacer nuestros deseos más reales, podremos encontrar un equilibrio hacia una vida que se vea mejor para nosotros mismos sin la necesidad de opiniones de otras personas.

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