Dopamine detox: mitos y realidades

Dopamine detox: mitos y realidades

Mucho hemos escuchado sobre la adicción a la dopamina, el neurotransmisor relacionado con la sensación de recompensa basada en estímulos. La dopamina es un neurotransmisor que se produce en el cerebro. El sistema nervioso la utiliza para enviar mensajes entre las células nerviosas.

 

La dopamina se hace presente en diferentes estímulos del día a día, desde las notificaciones hasta la música pasando por la comida y la gratificación instantánea. Y con la cantidad de estímulos a los que estamos acostumbrados a tener en el día a día de la vida moderna, se ha hablado de la adicción a la dopamina. Esencialmente esto se refiere a la dependencia que desarrollamos a tener estímulos de éste tipo a lo largo del día. 

 

Por lo tanto, a partir de esta dependencia, muchos han sugerido maneras de “desintoxicarse” de esta dependencia para reducir el estrés constante de los estímulos a su sistema nervioso. Pero, ¿funciona?

 

¿Qué es el dopamine detox?

El dopamine detox o ayuno de dopamina fue creado por el psiquiatra estadounidense Cameron Sepah. Éste es un método, basado en la terapia cognitivo conductual, mediante el cual podemos volvernos menos dominados por los estímulos nocivos (los mensajes de texto, las notificaciones, los timbres) que acompañan la vida en una sociedad moderna centrada en la tecnología. 

 

En lugar de responder automáticamente a estas señales que inducen la recompensa, que nos proporcionan una carga inmediata pero de corta duración, deberíamos permitir que nuestros cerebros se tomen descansos y se reinicien de este bombardeo potencialmente adictivo. La idea es que al permitirnos sentirnos solos o aburridos, o encontrar placeres en realizar actividades más simples y naturales, recuperaremos el control de nuestras vidas y estaremos mejor capacitados para abordar las conductas compulsivas que pueden estar interfiriendo con nuestra felicidad.

 

Las seis conductas compulsivas que el Dr. Sepah indica que pueden responder a un ayuno de dopamina son: comer emocionalmente, uso excesivo de Internet y juegos, juegos de azar y compras, pornografía y masturbación, búsqueda de emociones y novedades, y drogas recreativas. Pero enfatiza que el ayuno de dopamina puede usarse para ayudar a controlar cualquier comportamiento que le esté causando angustia o que esté afectando negativamente su vida.

 

La dopamina es uno de los neurotransmisores del cuerpo y está involucrada en el sistema de recompensa, motivación, aprendizaje y placer. Si bien la dopamina aumenta en respuesta a las recompensas o actividades placenteras, en realidad no disminuye cuando evita las actividades sobreestimulantes, por lo que un «ayuno» de dopamina en realidad no reduce sus niveles de dopamina.

El papel de la desinformación

Desafortunadamente, cientos de personas han malinterpretado la ciencia, así como el concepto de un ayuno de dopamina. Las personas ven la dopamina como si fuera una droga como la heroína o cocaína, y ayunan en el sentido de darse un «descanso de tolerancia» para que los placeres de lo que se están privando (comida, sexo, contacto humano) sean más intensos o vívidos cuando los consuman nuevamente, creyendo que las reservas de dopamina agotadas se habrán repuesto por sí mismas. Lamentablemente no funciona así.

 

El ayuno puede ser simplemente una técnica para reducir el estrés y realizar prácticas basadas en la atención plena. El Dr. Sepah recomienda que empecemos un ayuno de una forma que altere lo mínimo nuestro estilo de vida. Por ejemplo, podríamos practicar el ayuno de dopamina de una a cuatro horas al final del día, durante un día del fin de semana (pasarlo al aire libre un sábado o domingo), un fin de semana por trimestre (ir de viaje local) y una semana al año (ir de vacaciones).

 

Todo esto suena sensato, aunque no necesariamente nuevo o innovador. De hecho, suena muy parecido a muchas prácticas de mindfulness y buena higiene del sueño, en la sugerencia de no pasar tiempo frente a la pantalla antes de acostarse.

 

Sin embargo, las personas están adoptando versiones cada vez más extremas, ascéticas y poco saludables de este ayuno, basadas en conceptos erróneos sobre cómo funciona la dopamina en nuestro cerebro. No comen, no hacen ejercicio, no escuchan música, no socializan, no hablan más de lo necesario y no se dejan fotografiar si hay un flash.

 

No caer en los extremos

Cuando reflexionamos sobre estas privaciones es curioso, pues la interacción humana (a menos que sea de alguna manera compulsiva y destructiva) está en la categoría de actividades saludables que se supone que reemplazan a las no saludables, como navegar por las redes sociales durante horas todos los días. Esencialmente, quienes ayunan con dopamina de esta manera se están privando de cosas saludables, sin ninguna razón, basándose en una ciencia defectuosa y en una mala interpretación de conceptos llamativos.

 

La intención original detrás del ayuno de dopamina es proporcionar una justificación y sugerencias para desconectarnos de los días de frenesí impulsado por la tecnología y sustituirlos por actividades más simples que nos ayuden a reconectarnos con nosotros mismos y con los demás. 

 

Lamentablemente, la industria moderna del wellness se ha vuelto tan lucrativa que la gente está creando títulos llamativos para conceptos antiguos. Tal vez esa sea la mejor manera de categorizar este concepto. Más allá de los beneficios reales que tiene el poder implementarlo de la manera adecuada.

También te puede interesar: Liam Payne y el precio de la fama

Deja un comentario

NOTICIAS RELACIONADAS