El fanatismo y las relaciones parasociales

El fanatismo y las relaciones parasociales

Las redes sociales nos han permitido tener una mayor sensación de cercanía con muchas personas, incluso las celebridades que más admiramos (y muy probablemente no conocemos). A esto le llamamos relaciones parasociales, que en esencia se reduce a cuando una persona sostiene una “relación” con una persona que no lo/la conoce. 

 

¿Cómo funcionan?

Las relaciones parasociales son relaciones unilaterales, donde una persona extiende energía emocional, interés y tiempo, y la otra parte, la persona, desconoce por completo la existencia de la otra. Las relaciones parasociales son más comunes con celebridades, organizaciones (como equipos deportivos) o estrellas de televisión.

 

Las relaciones parasociales expanden la red social de una manera que imposibilita la posibilidad de rechazo y empodera a las personas para modelar e identificarse con individuos de su elección que naturalmente provocan una respuesta empática. Para algunos, la naturaleza unilateral de la relación se presenta como un alivio de las relaciones tensas en su vida real.  Los medios de comunicación cultivan deliberadamente las relaciones parasociales para que se parezcan a las relaciones cara a cara.

 

A pesar de la naturaleza unilateral de las relaciones parasociales, existen numerosas similitudes entre estas relaciones y las relaciones sociales más tradicionales. Los estudios muestran que las relaciones parasociales son voluntarias, brindan compañía y están influidas por la atracción social. Además, los espectadores experimentan una conexión con el usuario de los medios y expresan sentimientos de afecto, gratitud, anhelo, aliento y lealtad hacia ellos.

 

Así como el mantenimiento relacional es importante para mantener una relación con nuestros amigos y familiares de la vida real, el mantenimiento relacional también ocurre en las relaciones parasociales a través de eventos como ver semanalmente Keeping Up with the Kardashians. Los blogs y los sitios de redes sociales, como Twitter, Facebook e Instagram, aumentan la facilidad con la que los espectadores pueden expresar sus sentimientos. Las relaciones parasociales son populares dentro de estas comunidades virtuales, y esto puede deberse a la mayor sensación de «conocer» a los personajes, o a la percepción de que las interacciones parasociales tienen una gran recompensa y ninguna posibilidad de rechazo.

 

El estudio Revisiting parasocial theory in fan studies: Pathological or (path)illogical? indica que las interacciones parasociales (IPS) son ilusiones en las que los usuarios de los medios interpretan las imágenes que aparecen en pantalla como personas a las que responden socialmente y perciben esto como un encuentro personal y recíproco. Por su parte, las relaciones parasociales (RPS) implican que los usuarios de los medios formen una conexión emocional con las figuras de los medios al familiarizarse con sus «gestos, comportamientos… y otros detalles personales» . Básicamente, las IPS son ilusiones temporales, mientras que las RPS son vínculos a largo plazo que se forman con el tiempo.

 

Si bien las relaciones parasociales han existido desde mucho antes que las redes sociales, éstas han tenido un enorme papel en la exacerbación de estas relaciones. Hoy en día podemos seguir la cuenta de Instagram o TikTok de nuestro artista favorito y saber qué hacen en su día a día o ver videos tomados con la cámara frontal del teléfono que se sienten como si nos estuvieran hablando directamente a nosotros. Hoy más que nunca parece que estamos solos con ellos en el mundo, aunque eso esté muy lejos de ser cierto.

Opiniones encontradas

Las recientes declaraciones de la cantante Chappel Roan (en las que declara que a pesar de desarrollar su carrera en el medio público quiere poner límites para su privacidad y las interacciones con fans), acosadores de Taylor Swift siendo presos y un video de Rosalía en el que se toma foto con un fan y tiene que quitarle dos veces la mano de su cintura para que entienda que no debe tocar su cuerpo de esa manera nos dejan ver los importantes límites que muchas veces cruzamos con las celebridades. Cómo los hemos deshumanizado, cómo creemos que nos deben algo solo porque los admiramos y cómo esperamos que estén siempre disponibles con una sonrisa y amabilidad si algún día llegamos a conocerlos. 

Sin embargo, quizá no nos demos cuenta que este tipo de actitudes probablemente sean sumamente contradictorias. Si la razón por la que nos “enamoramos” de la celebridad fue porque además de su arte logramos ver al ser humano dentro de ellos, uno que siente y vive como nosotros, el deshumanizarlo una vez que empezamos a amarlo sería la mayor de las ironías.

 

Por otro lado, existen muchos argumentos que abogan a favor de las relaciones parasociales. Existen numerosos testimonios de personas que fueron capaces de sobrellevar experiencias sumamente difíciles como enfermedades como el cáncer o tendencias suicidas gracias a la figura de alguna celebridad que las personas sintieron que los “acompañó” durante este periodo de dificultad.

 

Las personas con relaciones parasociales suelen expresar su agradecimiento hacia sus personajes favoritos por ayudarlos a superar los momentos difíciles. Además, algunos espectadores perciben que los personajes ayudan a dar forma significativa a su propia identidad. El apoyo que brindan las relaciones parasociales es de gran valor para los espectadores que participan en ellas y, con las nuevas técnicas de las redes sociales, estas relaciones son una forma viable de expandir las redes sociales de las personas.

 

La realidad es que existen aspectos positivos y negativos de las relaciones parasociales, y éstos suelen depender del espectador que las practica. Estas relaciones van de la mano directamente con las carencias, predisposiciones o patologías que la persona sufre. Y es por eso que es importante intentar poner límites para lo que es socialmente aceptado y lo que es considerado como patológico o invasivo, y que sea entendido tanto por los fans como por los artistas.

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