Aunque tenía frente a sí un plantón de familiares de personas desaparecidas, a sólo unos metros del templete donde leyó su último informe, el presidente Andrés Manuel López Obrador ignoró la problemática que llevó a un grupo de buscadoras a permanecer en plantón durante 15 días al pie del asta bandera de la Plaza de la Constitución.
Ni los días y noches con fuertes lluvias de las últimas semanas, las dificultades de la vida cotidiana a la intemperie, la larga espera de la madrugada del 1 de septiembre con zozobra ante la posibilidad de un desalojo, la colocación de mantas en lugares más visibles desde las primeras horas de la mañana, ni los signos de paz ni los símbolos de auxilio sirvieron para que el mandatario se diera por enterado.
El plantón de las familias de personas desaparecidas
Alrededor de las 8 de la noche, esta reacción, aunada a sus problemas de salud, asuntos personales y proximidad de las fiestas patrias, las familias de personas desaparecidas decidieron retirar su plantón, no sin antes lamentar la actitud del presidente: “No nos vamos derrotadas; nos vamos tristes y decepcionadas. Pensamos que como era final de sexenio, él se iba a condoler de nosotros, de las familias de desaparecidos, pero vemos que no fue así”, señalaron en un breve pronunciamiento en el Zócalo.
Destacaron que este domingo 1 de septiembre se cumplieron 15 noches en que la bandera se mantuvo ondeando en señal de que en México no hay paz. Al mismo tiempo, subrayaron su sorpresa y agradecieron especialmente las muestras de solidaridad de la sociedad. “Eso nos quedó en el corazón”, remarcaron mientras empezaban a recoger sus casas de campaña en medio de la lluvia.
“A diferencia de lo que sucedía en los gobiernos neoliberales, ahora no se reprime al pueblo, no se ejecutan masacres, no se tortura, no se desaparece a nadie, no se tolera la violación de los derechos humanos, y tampoco existe un narco-Estado como el que se configuró en el sexenio antepasado”, fue la única mención en torno al tema en el discurso de López Obrador que ignoró a las más de 115 mil personas que permanecen desaparecidas o no localizadas en México.
“AMLO decía que todo cambiaría, mentira, mentira, la misma porquería”.
? La marcha de familiares de personas desaparecidas avanza sobre Paseo de la Reforma con dirección al Zócalo capitalino.
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— Animal Político (@Pajaropolitico) August 30, 2024
Karina Espino Carmona estuvo en el arranque del plantón el 18 de agosto, regresó a su hogar en Puerto Escondido y volvió al asta de Plaza de la Constitución la noche del sábado solo para esperar una respuesta que no llegó.
Ella busca a su hermano Adelaido, quien desapareció el 13 de julio de 2010 junto con su cuñado, dos hermanos de él y siete personas más en Matamoros, Tamaulipas. 14 años han transcurrido sin respuestas. Karina recuerda el recorrido que López Obrador hizo por la costa, donde se comprometió a darle seguimiento al caso, sin que haya ocurrido.
“Creo que la unión hace la fuerza, nosotros luchamos y exigimos por los más de 116 mil desaparecidos, no nada más por los nuestros, la lucha es para todos y creo que la presidenta Claudia debería ver eso: que no somos uno, no somos 10, somos miles de personas familiares que exigimos por nuestros desaparecidos”, reclama.
No todos pueden sumarse, aclara, a veces por el tema económico, o por dificultades de desplazamiento o incluso por amenazas y miedo. Para quienes lo han hecho, del presidente esperaba al menos la amabilidad de atenderles, escucharles y respetar su derecho al diálogo. Igual que otras familiares y tras la decepción de un sexenio, que solo se reafirmó en el último informe, ahora se lo pide a la presidenta electa:
“Que se ponga cinco minutos en nuestros zapatos. Ella es mujer, ella es madre, nadie está exento de que le pueda suceder esto. Nadie se lo desea, es un dolor muy grande el que nosotros cargamos a cuestas”.
El rostro de Karina era uno de los más desencajados cuando terminó el discurso de López Obrador de este domingo. Sentía desilusión y tristeza: “pensábamos que de verdad el pueblo le importa y vemos que no; es una indiferencia grande, porque son más de 116 mil desaparecidos y es como si no existiéramos”, lamenta.
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