Simone Biles y sus luchas

Simone Biles y sus luchas

Simone Biles es la gimnasta más premiada de la historia. Al día de hoy mantiene el récord siendo la gimnasta más premiada de la historia con 38 medallas, de las cuales ocho son medallas olímpicas y cinco son de oro.

SIn embargo las estadísticas, clasificaciones y récords eliminados no reflejan completamente cómo domina el deporte. Biles parece tener una relación diferente con la gravedad; parece desafiar tanto el espacio como el tiempo. La serie de cualidades que Simone logra combinar para poderse desempeñar de esta manera son una combinación entre trabajo duro y una serie de cualidades innatas que la hacen ser única. Una de estas cualidades innatas es, por ejemplo, la memoria muscular y la noción de saber dónde está parada cuando está en el aire.

Y a pesar de que todas estas características la hacen una atleta única, su legado ahora implica una serie de episodios que poco tienen que ver con el deporte y que han hecho que sus logros sean todavía más destacados a causa de sus luchas

 

Los orígenes

Simone Biles nació el 14 de marzo de 1997 y tiene 3 hermanos más. Sin embargo, desde los primeros años de su infancia fue puesta en cuidados adoptivos ya que su madre tenía problemas con las drogas. Su madre biológica, Shanon Biles, no pudo cuidar de Simone ni de sus otros hijos. Los cuatro entraron y salieron del sistema de cuidadores adoptivos

En 2000, el abuelo materno de Biles, Ron Biles, y su segunda esposa, Nellie Cayetano Biles, comenzaron a cuidar temporalmente a los hijos de Shanon después de enterarse de que sus nietos estaban en hogares adoptivos. Tres años después, en 2003, sus abuelos maternos se convirtieron en sus padres adoptivos al adoptarla formalmente a ella y a su hermana. Al mismo tiempo sus dos hermanos mayores fueron adoptados por su tía.

Sus orígenes no fueron necesariamente humildes pero sí se destacaron por experiencias que no cualquier niño vive, como lo fue experiencia de incertidumbre sobre factores básicos como el hogar y las personas que estarán a cargo de los niños.

Por otro lado, en los últimos años, el ascenso de Biles se ha producido en un contexto verdaderamente difícil. La revelación de que Larry Nassar abusó sexualmente de cientos de gimnastas, incluidos los cinco miembros del equipo olímpico de 2012 y cuatro de los cinco miembros del equipo de 2016, fue el primer horror. 

Al saberse más del caso quedó claro que Nassar tenía cómplices en USA Gymnastics y en el Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos. En medio de las consecuencias, Biles surgió como un poderoso control del organismo rector de su deporte. Es la única gimnasta olímpica que reveló abusos por parte de Nassar y continuó compitiendo en el nivel de élite. Su voluntad de hablar desde dentro del deporte la ha convertido en una figura aún más grande y ha provocado aún más comparaciones con atletas icónicos con códigos morales férreos, como Muhammad Ali, aunque incluso este paralelo es inexacto. 

Esto se debe a que el abuso sexual impone una combinación particularmente aislante de estigma y vergüenza. Y si esto se suma con el lugar menos privilegiado que Biles pudo haber ocupado como mujer negra en un espacio heteronormativo y tradicionalmente dominado por personas blancas (que a su vez les otorga más fuerza y credibilidad), entonces esto hace que su acto haya sido aún más relevante.

 

Simone Biles y la salud mental

Hoy en día es casi imposible pensar en Simone Biles sin considerar las dificultades que ha enfrentado en relación a la salud mental. Si un atleta olímpico tradicional ya está bajo una cantidad enorme de presión, entonces Simone Biles desafía estos límites también.

Su talento y destreza insólitos han dado pie a que rompa récords constantemente. La medallista olímpica tiene cinco habilidades de gimnasia que llevan su nombre. Los movimientos llevan el nombre de la primera gimnasta que los completa en una competencia internacional. De manera que, a pesar de que Simone Biles sea parte de encuentros con otros países, se encuentra en un nivel en el que está compitiendo contra sí misma. 

Los récords a los que ha llegado y los niveles insólitos de dificultad que ha dominado han causado que sus capacidades se observen incluso como sobrehumanas, lo cual implica un enorme riesgo debido a la presión que le infligen. 

De manera que el sumar estos niveles sobrehumanos de presión aunados con el trauma de un abuso sexual (por parte de una autoridad que debió haber estado velando por su salud y protección) naturalmente dieron lugar a especie de olla de presión en Simone, que eventualmente iba a tener que explotar. Y esto sucedió en los juegos olímpicos de Tokio 2020 (celebrados en 2021) cuando se tuvo que retirar de la competencia debido a una profunda sensación de inseguridad al realizar sus saltos y acrobacias, que a su vez la ponía seriamente en peligro.

A partir de esto, entre una mezcla de críticas y admiración, Simone Biles logró abrir la conversación hacia la exigencia no solo física sino mental que enfrentan los atletas, y cómo la creencia de que deben de persistir a pesar de todo quizá no haya sido la correcta. Este episodio dejó ver cómo las heridas de la mente pueden ser igual o más profundas que las del cuerpo y afectarnos profundamente en nuestro día a día y todavía más en los momentos en los que necesitamos confiar en nuestras propias capacidades.

En la docu series de Netflix Simone Biles Rising la atleta detalla sus luchas contra la inseguridad y el miedo que sentía al volver a hacer los saltos y acrobacias que la distinguen, y cómo el recuperarse fue más una labor mental que física.

 

 

 Muchas veces la grandeza e influencia de ciertas figuras se ve no sólo en cómo logran cambiar las condiciones en las cosas que les afectan directamente sino en cómo logran cambiar paradigmas y nuevos modos de pensar a través de los obstáculos que desafían. Este ha sido el caso de Simone Biles con la salud mental y el deporte de alto rendimiento, en donde ha logrado abrir la conversación a un tema que antes se observaba como tabú y señal de debilidad (algo que ningún atleta quisiera demostrar). Y es esto, no solo sus logros deportivos, lo que la ha hecho verdaderamente grande: la convivencia entre su fuerza que parece sobrehumana y la constante reiteración sobre su humanidad.

 Muchas veces la grandeza e influencia de ciertas figuras se ve no sólo en cómo logran cambiar las condiciones en las cosas que les afectan directamente sino en cómo logran cambiar paradigmas y nuevos modos de pensar a través de los obstáculos que desafían. Este ha sido el caso de Simone Biles con la salud mental y el deporte de alto rendimiento, en donde ha logrado abrir la conversación a un tema que antes se observaba como tabú y señal de debilidad (algo que ningún atleta quisiera demostrar). Y es esto, no solo sus logros deportivos, lo que la ha hecho verdaderamente grande: la convivencia entre su fuerza que parece sobrehumana y la constante reiteración sobre su humanidad.

También te puede interesar: Las Olimpiadas y los disturbios políticos

Deja un comentario

NOTICIAS RELACIONADAS