La difícil experiencia del TDAH en mujeres

La difícil experiencia del TDAH en mujeres

El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno que comprende una serie de problemas como dificultad para concentrarse, hiperactividad y conducta impulsiva. El TDAH en los adultos puede llevar a relaciones inestables, mal desempeño en el trabajo o en la escuela, baja autoestima y otros problemas. Es un trastorno hereditario y 

 

Se estima que aproximadamente 129 millones de niños y adolescentes en todo el mundo entre 5 y 19 años tienen TDAH. Al mismo tiempo, en 2020 se estimó que alrededor de  366 millones de adultos en todo el mundo tienen TDAH. Sin embargo, a pesar del creciente número de personas diagnosticadas, este trastorno ha sido históricamente desigual en su diagnóstico.

 

La brecha de género en el diagnóstico

Las mujeres han estado severamente subdiagnosticadas. Esto se debe a que los síntomas se han asociado erróneamente con los hombres; se ha asumido que el perfil enérgico e hiperactivo del trastorno es más común en hombres. Durante los años noventa la comunidad de investigadores todavía pensaba que el TDAH era casi exclusivamente un «trastorno de niños».

 

Esta desigualdad en el diagnóstico derivó en que miles de mujeres con TDAH no terminaran enterándose que lo padecían hasta ya entrada la adultez, lo cual, evidentemente, ha significado serias dificultades a lo largo de sus vidas que podrían haber sido evitado con un diagnóstico oportuno durante la infancia o la adolescencia.

 

Hay tres tipos de TDAH: hiperactivo, desatento y combinado. Las niñas y las mujeres tienden a tener el tipo de falta de atención caracterizada por la desorganización, el olvido y la dificultad para comenzar y mantenerse concentrados en una tarea.

 

De manera que el TDAH hiperactivo fue el que se asoció como el estándar, dejando a un lado todos los otros tipos. Una de las peores partes de esto es que hoy sabemos que el TDAH hiperactivo se puede presentar de más de una forma: esto quiere decir que, por ejemplo, una persona que no puede detener sus pensamientos y tiene un diálogo interno intenso también podría tener TDAH hiperactivo. Y éste hubiera sido probablemente invisible dentro de los criterios que se asumían para diagnosticar a una persona con TDAH.

 

Es más probable que a las mujeres con TDAH se las considere soñadoras o que su pensamiento está perdido en las nubes. Incluso las niñas hiperactivas o con TDAH de tipo combinado a menudo muestran sus síntomas de manera diferente a los niños, como hablar excesivamente, retorcerse el cabello, sacudir constantemente las piernas o ser más reactivas emocionalmente.

 

 La proporción de niños y niñas con TDAH en la infancia es de aproximadamente tres a uno, mientras que en los adultos es de aproximadamente uno a uno, lo que sugiere que la prevalencia del TDAH es más igualitaria entre los géneros, y que las mujeres son diagnosticadas más tarde.

TDAH y las mujeres

Muchas niñas con TDAH pueden sobresalir en la escuela, aunque esto viene con un precio: podrán obtener un 10 en un trabajo pero probablemente tendrán que quedarse despiertas la noche antes de escribirlo después de no poder concentrarse durante semanas (a pesar de que lo hayan intentado constantemente).

 

Las niñas trabajan muy duro para ocultar los problemas que el TDAH les ocasiona. Los expertos llaman a esto enmascaramiento, o cómo las personas socializadas como mujeres tienden a encontrar formas de compensar (y esconder) sus síntomas debido a las expectativas sociales.

 

Muchas niñas que no reciben tratamiento pueden llegar a tener buenas calificaciones en la escuela e incluso una carrera exitosa. Sin embargo, el verse obligadas a esconder sus síntomas a lo largo de su vida puede resultar en problemas de salud mental y autoestima, además de dificultades en las relaciones personales. Las mujeres que viven con TDAH sin diagnosticar suelen pasar la mayor parte de su vida esforzándose el doble en tareas y constantemente luchar contra un obstáculo que no logran ver ni nombrar.

 

Las niñas y las mujeres con TDAH tienen más probabilidades de que sus síntomas se confundan con dificultades emocionales o de aprendizaje y es menos probable que sean remitidas para evaluaciones. El sesgo de género también puede influir: en dos estudios en los que a los profesores se les presentaron viñetas de niños con TDAH, cuando los nombres y pronombres del niño se cambiaron de femenino a masculino, era más probable que se les indicara tratamiento y se les ofreciera apoyo adicional.

 

Ultimadamente, el TDAH es un trastorno del funcionamiento ejecutivo; los procesos mentales como la planificación, la memoria de trabajo y la regulación de las emociones que gobiernan la capacidad de un individuo para operar.

 

A medida que las mujeres avanzan hacia la edad adulta, aumentan las exigencias sobre las funciones ejecutivas y los síntomas pueden volverse aún más difíciles de reconocer como TDAH. La hiperactividad puede manifestarse como inquietud mental, la falta de atención puede parecerse más a una lucha para completar las tareas del hogar o cumplir con los plazos, y la impulsividad puede aparecer como una dificultad para administrar un presupuesto, comer en atracones o comprar compulsivamente. A pesar de estos desafíos, muchas mujeres con TDAH pueden parecer externamente perfeccionistas de alto rendimiento. Pero las consecuencias de un diagnóstico erróneo o no diagnosticado pueden ser graves.

 

Es por eso que es sumamente importante conocer las diferentes manifestaciones del TDAH desde la infancia para poder ayudar a niñas y niños por igual en caso de que sufran de este trastorno, ya que puede perjudicar notoriamente su experiencia con el aprendizaje y las normas escolares. Y estas dificultades pueden extenderse fácil y rápidamente hacia la adultez, haciendo la experiencia de vida de las mujeres aún más complicada sin necesidad alguna.

 

Deja un comentario

NOTICIAS RELACIONADAS