Los últimos días uno de los trends más destacados en redes sociales ha sido la pelea entre los raperos Drake y Kendrick Lamar, quiénes se han dedicado canciones mutuamente para hablar mal del otro, respectivamente, desde marzo. La canción principal en cuestión de Drake es Family Matters, lanzada el 30 de abril, mientras que la canción destacada de Kendrick se titula Not Like Us.
¿Cómo llegó a esto?
Los beefs son algo común entre raperos, e incluso para este mismo par ya había sucedido en ocasiones anteriores. Sin embargo, en esta última pelea las declaraciones de ambos (que sabemos que se conocen personalmente desde hace varios años y no siempre fueron enemigos) pasan de la burla o lo gracioso a lo criminal.
En el caso de Kendrick Lamar, Drake lo acusa de violencia doméstica contra su ex prometida Whitney Alford, mientras que Kendrick acusa a Drake de ser un pedófilo. Ambas son acusaciones extremadamente graves que merecerían, como mínimo, una investigación policíaca seria. Todavía no ha habido declaraciones que profundicen sobre el caso de Kendrick, pero en el caso de Drake ha circulado más información
Dentro de lo que se ha hecho público en los últimos días, sabemos que la razón por la que llaman a Drake pedófilo es por su historial de fijarse en niñas adolescentes. Desde mostrar atracción por una niña de 17 años a la que subió al escenario en uno de sus conciertos cuando estaba en la mitad de sus 20s.
Posteriormente, en 2018 (cuando tenía 30 años), salió con la modelo Bella Harris, de 18 años. A pesar de que la relación comenzó oficialmente cuando ella tenía 18 años, la pareja tenía fotos juntos desde dos años atrás, confirmando que la conoció cuando tenía 16 años. Al mismo tiempo, cuando la actriz Millie Bobby Brown tenía 14 años, mencionó en una entrevista que Drake le escribía constantemente diciendo que la extrañaba y solían hablar sobre relaciones.
Esta dinámica es, a todas luces, problemática (por decir lo menos). A pesar de que Drake haya negado tener relaciones con niñas de 17 años, el hecho de que salga abiertamente con niñas de 18 y 19 años muestra un claro patrón.
La polémica de la diferencia de edad
Las relaciones amorosas con una diferencia de edad importante (normalmente con mujeres más jóvenes y hombres más viejos) son un patrón que se ha acostumbrado desde hace siglos en la sociedad al que hemos aprendido, en la mayoría de los casos, a normalizar.
Sin embargo, durante los últimos años hemos comenzado a ver las relaciones con una diferencia de edad significativa como lo que realmente acostumbran ser: una asimetría de poder importante.
Las relaciones en las que una mujer al principio de sus 20s sale con un hombre de 40 suelen funcionar bajo premisas similares. La mujer suele creer que se han fijado en ella por ser “más madura” o ser “especial”, cuando en realidad lo único especial que existe en ella en este contexto es el hecho de que el hombre en cuestión quiere levantar su ego. Quiere más una admiradora que una compañera, y esto es mucho más fácil cuando se está saliendo con alguien cuyo cerebro no ha terminado de desarrollarse por completo y que además tiene tan solo la mitad de experiencia de vida.
A esto se le suma el hecho de que es extremadamente difícil que una mujer al principio de sus 20s tenga la misma independencia que un hombre de 40: desde términos financieros hasta sociales. Esta dinámica es, por naturaleza, extremadamente desigual. Y esta dependencia y falta de equidad es lo que estos hombres normalmente buscan: una especie de intercambio de su dinero por la juventud y belleza de las mujeres que eligen.
Es importante mencionar que esta elección no es aleatoria; no es meramente una cuestión de gustos o una gravitación natural de los hombres hacia las mujeres atractivas de 25 años o menos. Un hombre que activamente busca a una mujer de esta edad no suele buscar a una persona para construir una relación en términos de igualdad.
Esta es la razón por la que una mayor diferencia de edad en las relaciones más adelante en la vida es cada vez menos un problema: los primeros 25 años aproximadamente de vida suelen ser bastante largos. A medida que envejecemos, cada año subsiguiente se vuelve cada vez menos significativo en términos de madurez y cambios en la vida.
Una de las figuras públicas que más acostumbra estar en estos escenarios es Leonardo DiCaprio, quien a sus 49 años no suele salir con mujeres que superen los 25 años. Cuando DiCaprio pasó de los 30 a la mediana edad, el rango de edad de sus novias nunca superó los 25. Este fenómeno ha sido tan común que incluso tiene un nombre: Leo’s Law. Es difícil pensar qué aspectos significativos en términos de gustos y experiencia de vida un hombre de casi 50 años y una mujer de 25 podrían tener.
Kendrick, Drake y el pacto patriarcal
Más allá de qué declaraciones en este pleito pueden ser verdaderas o falsas, lo único que podemos confirmar es que Kendrick y Drake parecen saber bastante uno del otro. Tanto que están dispuestos a apostar su imagen pública y su credibilidad para hundir al otro.
Hasta ahora todo indica que ambos tienen historias que no son impecables, y muestra una señal de que ambos estaban, de alguna forma, conscientes de los actos del otro. A esto le llamamos el “pacto patriarcal”. Este término se refiere a un conjunto de acuerdos implícitos dentro de la sociedad que refuerzan y perpetúan las normas y roles de género tradicionales, favoreciendo la supremacía de los hombres sobre las mujeres. De ser ciertas las alegaciones de ambos, es una muestra perfecta del pacto patriarcal, en el que el amigo está dispuesto a encubrir los abusos del otro siempre y cuando le sea conveniente.
Y en este mundo elite de la industria del entretenimiento ¿cuántos actos infames existen de los que no estamos conscientes? ¿cuántas verdades oscuras conviene guardar para evitar una crisis en el mundo post #MeToo?
Todavía habrá mucho qué ver sobre la evolución de este caso, pero lo único que podemos concluir es que este sistema de encubrimiento mutuo tiene que terminar, independientemente a qué amigos hombres les convenga y a quiénes no.
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