Fofo Márquez y la «responsabilidad» de su madre

Fofo Márquez y la «responsabilidad» de su madre

Un joven “influencer” de 26 años conocido como “Fofo” Márquez, fue vinculado a proceso este miércoles por una jueza en México. Va a ser procesado por cargos de feminicidio en grado de tentativa después de atacar a una mujer de 52 años en un estacionamiento después de que ella le hubiera pegado accidentalmente al espejo retrovisor de la camioneta de Fofo. 

Después del accidente, la mujer (Edith N.), dialogó con la conductora del otro vehículo, una joven que viajaba con el influencer y le dijo que llamaría al seguro y caminó a su coche para sacar los documentos. Cuando se acercó a la puerta del asiento del conductor, Rodolfo la interceptó y la golpeó en el rostro, la derribó y la pateó con fuerza. La dejó tirada en la unión de la banqueta con la autopista (poniéndola en riesgo de ser atropellada) y huyó. 

El crimen quedó registrado en cámaras y Edith también dio su testimonio en redes sociales. ​El pasado 4 de abril, Fofo fue detenido por una orden de aprehensión en su contra, acusado por tentativa de feminicidio, e ingresado al Centro Penitenciario y Reinserción Social de Tlalnepantla.

¿Quién tiene la culpa?

Este caso se ha hecho enormemente conocido debido a múltiples motivos. Uno de ellos fue la carta escrita por Sandra, la madre de Fofo (que fue compartida por su abogado) y publicada en redes sociales. En ella, Sandra le pide disculpas a Edith. Sin embargo, hay algo que menciona incluso antes de decir que su hijo se siente arrepentido: las consecuencias de la falla en su responsabilidad como madre.

 

 

El apego que existe entre una madre e hijo es, sin duda alguna, un vínculo muy especial. A veces tanto que muchas madres continúan creyendo que cualquier falla en la vida de sus hijos, incluso cuando ya son adultos, se puede trazar directamente a alguna falla en su crianza (que además, en este imaginario, pudo haber sido directamente controlable por la madre). 

Es difícil poder ver a una persona más allá del vínculo que tenemos con ella y, principalmente, del amor que le tenemos. Es difícil observar a una persona como el ser humano falible que es, fuera del concepto positivo que hemos construído sobre ellos a través de nuestra afinidad. Sin embargo, es fundamental poder ver a las personas como lo que en realidad son (y no lo que hemos imaginado que son) para poder amarlos por completo y poder ayudarlos de verdad.

Más allá de estas dificultades y a pesar de que Sandra reconozca lo inaceptable en los actos de su hijo, es inevitable ver que existe algo profundamente dañado dentro de Rodolfo. Su extensa huella digital con millones de seguidores a través de Instagram, TikTok y YouTube es una prueba de ello. Plagada de una constante necesidad de autoafirmarse a través de sus posesiones, una actitud sumamente violenta ante la menor provocación y un evidente desdén por las mujeres. La cara que Fofo decide mostrar en internet es una señal clara de inestabilidad y una profunda inseguridad. Y al unir eso con el contenido violento y misógino al que probablemente se ha expuesto a lo largo de su vida, tenemos el resultado que hoy podemos ver.

Cuando un niño problemático se vuelve un adulto amenazante

Al igual que los padres de un niño al que le cuestan trabajo las matemáticas pueden inscribirlo en clases de regularización para ayudarle (o pasar más tiempo con él estudiando) es importante intentar estar atentos a los posibles focos de alerta de los niños cuando son pequeños. 

Si vemos que un niño suele tener frecuentes episodios de ira o se vuelve violento ante pequeñas provocaciones, sería bueno intentar inculcarle maneras de controlar su ira a través de terapia y otras actividades. Sin embargo, quizá no siempre es fácil poder ver los focos rojos de un niño que podría ser una amenaza para la sociedad una vez que se convierta en adulto. 

Esto se remite nuevamente a la manera en la que vemos a las personas únicamente bajo la luz del amor que les tenemos y no como alguien que tiene una predisposición a un problema grave. 

No sabemos cómo haya sido la infancia de Fofo, pero sabemos que hoy es un adulto. Y una vez que somos adultos, una de las cosas más importantes que pueden hacer nuestros padres por nosotros es poder observarnos como personas y saber decirnos dónde nos estamos equivocando. Quizá esto sea lo único que nos pueda ayudar a evitar hundirnos más en nuestros defectos. Podrá ser una conversación dura, pero sin duda alguna será una que nos dejará mucho más que una vida en la que constantemente nuestros padres justifican nuestras claras limitaciones a la luz del amor que nos tienen y el niño que quieren seguir viendo en nosotros.

Y es importante que tanto Sandra como todas las demás madres sepan que en la vida de una persona que se desarrolla con la independencia normal para un adulto de 26 años éste probablemente cometerá errores que excedan por mucho el (poco) control que una madre pudiera implementar. Y a pesar de que para ellas sea doloroso verlo, lo único que podría ayudar (si es que lo hace) es alguien que no nos justifica.

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