Caso Dani Alves: entre el pacto patriarcal y la revictimización

Caso Dani Alves: entre el pacto patriarcal y la revictimización

Dani Alves fue arrestado por primera vez en enero de 2023 y desde entonces se encuentra en prisión preventiva. Esto se debe a que un tribunal de España declaró culpable al exfutbolista brasileño y del Barcelona Dani Alves de violar a una mujer en una discoteca de Barcelona. Este caso ha recibido una gran cantidad de parte de los medios internacionales desde que se dio a conocer, y la evolución del mismo ha seguido dando de qué hablar desde múltiples aspectos.

El caso Dani Alves

El jugador de 40 años, negó haber agredido sexualmente a la mujer en la madrugada del 31 de diciembre de 2022. El jugador fue condenado a cuatro años y medio de cárcel por violar a una joven de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona.
La víctima apuntó en su declaración que después de haberla invitado a la zona VIP de la discoteca y haberle invitado tragos a ella y a sus amigos, le pidió que lo acompañara al baño. En su testimonio dijo que Alves la agarró “por la parte de atrás de la cabeza” y la tiró al suelo, para que le practicara una felación. Ella intentó zafarse pero entonces él, con una fuerza física superior a la de ella, la agarró y la penetró vaginalmente a la fuerza.

La víctima acudió al hospital para atender sus lesiones y ahí se activó el protocolo para casos de agresiones sexuales. La víctima denunció lo sucedido dos días después aportando el informe médico en que dictaba que habían encontrado restos biológicos en su vagina y síntomas de haber sido sometida a actos violentos durante todo el proceso de la agresión. Es decir, no solo había signos de haber sido forzada en su zona genital sino también en sus rodillas o en su cabeza.

Su condena fue más corta debido a que los jueces le aplicaron una atenuante de reparación del daño después de que Alves pagase 150,000 euros de indemnización (mientras estaba en la cárcel) que reclamaba la Fiscalía por los daños morales causados a la víctima. Sin embargo, actualmente el jugador se encuentra en libertad a la espera de que se dicte la sentencia definitiva después de haber pasado 14 meses en prisión preventiva en la cárcel de Brians 2 en Barcelona.

Los magistrados concedieron el pedido de libertad de Alves con la condición de que el jugador, para evitar la tentación de darse a la fuga, abonara una fianza de un millón de euros, una de las más altas impuestas en España.

El pacto patriarcal

La indemnización de 150,000 euros tuvo un papel clave durante la deliberación del veredicto ya que logró reducir su condena considerablemente. Esta suma, además de ser muy alta, era prácticamente imposible de pagar para Alves en el momento que lo hizo (al igual que lo hubiera sido para cualquier ciudadano normal), además del hecho de que estaba en la cárcel y sus cuentas estaban congeladas. Es por eso que el padre del jugador brasileño Neymar fue quien le prestó el dinero.

Neymar y Dani Alves son grandes amigos y han pasado mucho tiempo juntos en la selección brasileña de fútbol. De alguna manera, tiene sentido que Alves le hubiera pedido dinero a alguien en quién confía y conoce desde hace años. Sin embargo, este acto de confianza y apoyo ante una acusación como ésta es a lo que le llamamos el “pacto patriarcal”. Este término se refiere a un conjunto de acuerdos implícitos dentro de la sociedad que refuerzan y perpetúan las normas y roles de género tradicionales, favoreciendo la supremacía de los hombres sobre las mujeres.

Y podemos ver muestras del pacto patriarcal todos los días, cuando hombres que atestiguan a amigos o familiares ejerciendo violencia de género (desde las maneras más sutiles hasta las más explícitas) se quedan callados. Y la realidad es que, por mucho que podamos confiar en un amigo o creer que lo conocemos bien, es extremadamente improbable que podamos saber con certeza que sería incapaz de cometer un acto como éste.

¿Acusaciones falsas?

Los jueces del caso de Dani Alves dieron credibilidad al testimonio de la víctima sobre la penetración forzada en el baño, pero admitieron que su historia sobre la media hora previa, en la zona VIP no corresponde con lo que muestra el video de las cámaras de seguridad. A partir de esto, la abogada de Alves ha dicho que solo se ha aceptado como veraz aproximadamente entre 10 y 20% del testimonio de la víctima.

Y a pesar de que los videos y las huellas (que son las pruebas principales a favor de Alves) puedan mostrar cierta versión de los hechos, es extremadamente inusual que una víctima que denuncie una violación esté mintiendo.

Según una investigación realizada en Estados Unidos, el porcentaje de reportes falsos de violencia sexual está entre el 2 y el 8% cuando se basan en una investigación rigurosa de clasificaciones de casos utilizando criterios específicos e incorporando protecciones de la confiabilidad y validez de la investigación. Y este porcentaje se encuentra en franco contraste con los millones de casos alrededor del mundo que nunca se reportan debido al trauma, la violencia, el poco apoyo del sistema judicial o el simple hecho de que millones de mujeres no han tenido la oportunidad de aprender a distinguir que pueden estar siendo víctimas de violación.

Al día de hoy cuando tenemos un mejor conocimiento de lo que distingue a la violencia sexual, la naturaleza del consenso y las características de una violación, es aún más difícil que una mujer mienta al acusar una violación. Y al mismo tiempo, el hecho de que en momentos antes de la violación la víctima haya tenido una actitud amigable y de apertura hacia el agresor, esto no lo convierte en una invitación sexual en la que otorgue su consenso. Y es esto lo que deberíamos de tomar en cuenta en todos los casos de violencia sexual: desde las autoridades sexuales, pasando por la opinión pública y, principalmente, los agresores.

A pesar de que casos como este puedan polemizarse mucho debido a la fama, es importante recordar que estos principios también aplican en casos de alto perfil como éste. Y que, independientemente de lo que pensemos, el acusar a una víctima de mentir es igual de grave que acusar a una persona de violar.

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