Los diagnósticos de depresión y ansiedad son cada vez más comunes, entre más entendemos sus síntomas, orígenes y efectos. El abrir el discurso sobre las enfermedades mentales también ha abierto la discusión hacia las diferentes maneras de tratarlas y vivir con ellas. Uno de los tratamientos alternativos que está ganando popularidad son las microdosis.
¿Qué son las microdosis?
Los expertos suelen definir la microdosis como tomar entre el 5 y el 10 por ciento de una dosis completa de un psicodélico, generalmente LSD o psilocibina, como una forma de obtener los supuestos beneficios de la droga para la salud mental sin el efecto alucinógeno.
Por ejemplo, en un entorno clínico, un hombre que pese aproximadamente 70kg tendría que ingerir 20 miligramos de psilocibina para vivir una experiencia psicodélica completa. Para una microdosis, tomaría sólo uno o dos miligramos. En este nivel, si se toma varias veces a la semana, algunos afirman que las drogas mejoran su estado de ánimo, estimulan su creatividad y dan una sensación general de apertura hacia el mundo
Es por esto que en trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad -en las que nuestra percepción del mundo se ve considerablemente afectada- este tipo de tratamientos alternativos pueden ser efectivos.
¿Qué dice la ciencia?
La investigación sobre los beneficios para la salud mental de dosis completas de psicodélicos es prometedora. Un estudio en fase inicial incluso encontró que la psilocibina, en dosis altas, puede ser tan efectiva como un inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina para tratar la depresión. Las dosis completas de psicodélicos ayudan al cerebro a desarrollar nuevas conexiones celulares, un proceso llamado neuroplasticidad, y existe cierta evidencia de que las microdosis producen cambios similares.
Aún así, algunos científicos señalan evidencia que muestra que las microdosis tienen un impacto directo en el cerebro para argumentar que sus beneficios son reales. Utilizando tecnología de neuroimagen (obtener imágenes del cerebro para estudiar el sistema nervioso), los investigadores han demostrado cambios en la actividad cerebral y la conectividad después de pequeñas dosis únicas de LSD que son similares a los que se observan con grandes cantidades de la droga.
Al mismo tiempo, un estudio realizado en Dinamarca encontró que una microdosis de psilocibina activaba casi la mitad del tipo específico de receptores de serotonina sobre los que actúan los psicodélicos para producir sus efectos alucinógenos.
¿Las microdosis son efectivas?
La respuesta se reduce a que todavía no existe suficiente investigación al respecto para poder afirmar esta respuesta con certeza y tener algún margen de predicción sobre cómo puede comportarse en cada persona.
Algunos estudios indican un beneficio real y significativo de las microdosis, mientras que otros son mucho menos convincentes y muestran un beneficio de poco a nulo.
Un estudio reciente utilizó un diseño observacional para estudiar 953 microdosis de psilocibina en comparación con 180 participantes que no recibieron dosis durante 30 días, y encontró «mejoras de tamaño pequeño a mediano en el estado de ánimo y la salud mental que fueron generalmente consistentes según el género, la edad y la presencia de problemas mentales y preocupaciones de salud.» Este estudio, y otros similares, parecen confirmar muchos informes anecdóticos de personas que confían en los beneficios que han experimentado con las microdosis.
Sonará un poco irónico, pero los expertos han dicho que la microdosis no debe sentirse, de lo contrario no es microdosis. Debe ser un beneficio sutil pero efectivo que nos permite hacer las tareas del día a día sintiéndonos generalmente mejor.
Antes de explorar las microdosis
Las decisiones médicas y de salud deben de tomarse de acuerdo con nuestras propias necesidades, sin embargo, en este caso es altamente recomendable no incurrir en ninguna toma de sustancias (sin importar qué tan pequeña sea) sin hablar antes con un profesional médico.
Nuestro historial médico irá muy de la mano con cualquier efecto que tengan (o no) en nuestro sistema nervioso.
Por otro lado, debido a que este tipo de tratamientos todavía no están estandarizados (y su distribución y niveles de calidad pueden variar) es fundamental prestar atención a la legalidad y la calidad del producto que se consuma.
Por último, es importante comprender que todavía no hay pruebas definitivas de que la microdosis sea útil, y tampoco sabemos a ciencia cierta cuáles sean sus efectos a largo plazo. Habiendo dicho esto, es justo decir que las drogas psicodélicas están teniendo mayor alcance y una comprensión más adecuada. Y esto exige que se refleje en un aumento de la investigación y una remoción del estigma que se le ha puesto en el pasado.
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