El peligro de la obsesión con Taylor Swift y su identidad

El peligro de la obsesión con Taylor Swift y su identidad

Durante la semana pasada, un artículo de opinión publicado por el New York Times especulando sobre la identidad sexual de Taylor Swift ganó popularidad por el descontento e indignación que causó, no solamente entre la comunidad de fans de la cantante, sino entre la comunidad queer y la misma Taylor. 

¿Qué decía el editorial?

En este artículo la autora dedica más de 60 párrafos a elaborar sobre las razones por las que cree que Taylor Swift es secretamente bisexual. Se dedica a buscar pistas que lo confirmen en todo: desde la estética de su álbum Lover -en la que predominan los colores azul y rosa- afirmando que es una referencia a la bandera bisexual, hasta buscando confirmaciones en letras de canciones, videos musicales y en apariciones en vivo.

Una de las peores partes del artículo es que la autora sugiere que Taylor -que le debe a los fans queer y a los músicos menos privilegiados el salir del armario. Como si el asumir la identidad propia tuviera que ser un acto que se hace en favor de otra persona o como un acto político y no uno que es profundamente personal.

El artículo es, hasta cierto punto, peligroso. Lo es porque una persona con tan solo un poco de voluntad de creer que Taylor Swift efectivamente oculta su identidad sexual, realmente puede terminar creyendo que todas las teorías son ciertas y que lleva años intentando salir del clóset. Y esto puede terminar de alguna manera radicalizando a quien sea que sospeche de esta teoría.

La autora menciona cosas como: “Sea consciente de ello o no, Swift les indica a las personas queer (a través del lenguaje que usamos para comunicarnos entre nosotros), que tiene cierta afinidad con la identidad queer. Hay algunas personas queer que dirían que a través de este tipo de señales, ella ya ha salido del clóset, por lo menos para nosotros.” 

De manera que, en sus palabras, la autora ya está sacando a Taylor Swift del clóset sin que ella esté consciente de eso. Peor aún, habla en nombre de toda la comunidad queer; y asume que las señales que para ella son “evidentes”, lo son así para otras millones de personas también. Todo esto sin ningún consentimiento o noción por parte de la misma Taylor.

Los swifties y los “gaylors”

Uno de los aspectos que más distingue a Taylor Swift entre muchos cantantes es su relación con sus fans. Además de ser sumamente apegada a ellos (desde organizar reuniones secretas recibiendo a algunos fans seleccionados en su casa para escuchar sus nuevos álbumes antes que nadie), también hace considerables esfuerzos por interactuar directamente con ellos desde los inicios de su carrera, los cuales han permanecido incluso en el ápice de su fama.

Los swifties (como se identifican) son uno de los fandoms más intensos y dedicados. Y a lo largo de los años Taylor Swift se ha comenzado a comunicar con ellos dejándoles easter eggs o pistas en atuendos, el color de sus uñas, elementos en videos musicales, posts en Instagram, etc. La intención de esto es dejar pistas para futuros álbumes o lanzamientos, los cuales Swift siempre planea con anticipación. 

El único problema es que, para algunos «swifties», esta modalidad ya se salió de control y buscan hasta las señales más distantes para confirmar teorías que superan la música de Taylor, y tienen más que ver con su vida personal. Una de estas es gaylor, la teoría de muchos fans que afirman que Taylor Swift es secretamente queer, y lleva muchos años intentando salir del clóset.

En esta teoría se especula desde quiénes fueron sus parejas (y a su vez estaban, supuestamente disfrazadas de “amigas”) hasta todas las presuntas pistas sobre su verdadera identidad que ha dejado en su música y videos.

Para muchos el detonante fue la canción You Need To Calm Down, cuyo video incluye a muchas personalidades como Ellen Degeneres, el cast de Queer Eye y RuPaul, entre otros. Esta canción fue escrita con el motivo de reducir el bullying hacia las personas LGBT+, pero hubo muchos que lo tomaron como una asunción a ser parte de la comunidad LGBT+ en lugar de ser una aliada.


Sobra decir que en ocasiones estos rumores han tomado tanta fuerza que hasta la misma Taylor Swift ha tenido que desmentirlos reiterando que es una aliada heterosexual de la comunidad LGBT+. Y esto empezó a suceder aproximadamente hace casi 10 años.

Una problemática mayor

Más allá del hecho de que esté mal especular sobre la sexualidad de cualquier persona, existe una significativa diferencia entre que un grupo de fans busquen pistas en canciones y videos, a que uno de los periódicos más importantes del mundo dedique un artículo de más de 5,000 palabras a una mera especulación. 

Lo peor de todo es que quien lo escribe se protege bajo la sombrilla  de una revelación en favor de la conciencia social, y “luchando” por la libertad de la artista. La realidad es que este artículo, en lugar de hacer algo positivo a la comunidad queer, nuevamente esencializa y banaliza la identidad sexual a un código de conducta. Justamente la misma premisa que la comunidad queer y la equidad de género lleva años intentando eliminar a través de su lucha.

Además de adoptar un abordaje francamente paranoico disfrazado de “liberador”, la publicación es preocupante porque, incluso si Taylor Swift (o cualquier otra persona sobre cuya sexualidad estuvieran especulando) realmente fuera queer, esta sería la manera más cruel de obligarlos a salir del clóset. La identidad es algo sumamente personal que cada persona debería de tener el derecho de vivir de su propia forma y no sentirse obligado a comunicarla de una manera si ese no es su deseo. 

La reacción ha sido tan grande que el equipo de Taylor Swift nuevamente ha tenido que intervenir diciendo que «Debido a su enorme éxito, en este momento hay un agujero en forma de Taylor en la ética de las personas», dijo una «persona cercana a la situación» a un reportero de CNN, señalando que, si Swift fuera un hombre, este artículo «probablemente no hubiera sido escrito”.

Es realmente decepcionante que en pleno 2024, y ante tantos logros para la equidad de género y la comunidad LGBT+, todavía tengamos que tener este tipo de conversaciones. Pero es importante saber que la identidad sexual es sumamente personal a pesar de que se haya vuelto un tema de conversación en múltiples ámbitos, y que nadie tiene derecho a encasillar a nadie en una identidad, incluso si la identidad no es heterosexual.

Y, al final del día, la identidad sexual de Taylor Swift es la parte menos interesante de todas las que componen su obra y su vida pública. Y por lo tanto debería ser la que menos nos interesa.

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