Yásnaya Aguilar, defensora de la lengua y la cultura indígena, nació en Ayutla Mixe, Oaxaca, destaca la importancia de preservar las lenguas originarias o indígenas, no solamente como una defensa de su existencia, sino también como el derecho a crear en cualquier contexto.
Señala que su crianza tuvo lugar en un entorno en el que la conexión con sus raíces era algo intrínseco. Sin embargo, experimentó una transformación significativa al regresar y constatar la pérdida de esta conexión en las nuevas generaciones.
La pérdida de las lenguas natales
Se dio cuenta que las nuevas generaciones casi no estaban hablando su lengua natal, el mixe, y emprendió “campañitas”. Pero, dijo, “no me daba cuenta de lo estructural y lo histórico que había”.
Ante esto, consideró que para el Estado mexicano “quitarte tu lengua, es un proceso fundamental del amestizamiento”. Por ello su lucha se ha convertido en una respuesta a la imposición cultural y lingüística ejercida por el gobierno, en la que “el indigenómetro” utiliza la lengua como un criterio para definir la “indigenidad”.
En medio de los obstáculos y desafíos, la escritora y traductora, comentó a la plataforma que mantiene la esperanza, recordando la resiliencia de sus pueblos a lo largo de la historia.
Rememoró que, durante las guerras de Conquista, entre la viruela, las epidemias, el trabajo forzado, las guerras, hambrunas, nueve de cada 10 personas nativas murieron en ese proceso, pues “lo esperable es que 500 años después no existiéramos; sin embargo, existimos” y siguen hablando su lengua y practicando su cultura.
Con una mirada a la historia, Yásnaya reconoce los desafíos que enfrenta su generación, asume el reto de preservar la lengua en un contexto donde otros líderes, como Floriberto Díaz en los años 70, se centraron en diferentes aspectos de la lucha.
“Nos toca mantener prendida esta velita de la lengua, pasarla a la siguiente generación sin que se apague, y ver si en otras generaciones resurge y se vuelve un incendio. Tal vez a mí ya no me toque ver ese incendio, pero mantuve la vela prendida”, opina.
Aguilar destaca en su entrevista que dio al portal Reporte Indigo la variedad de amenazas que enfrenta el patrimonio cultural, desde la presión del territorio hasta la emergencia climática.
“Me preocupa lo que está pasando entre Israel y la Franja de Gaza. Me preocupa tanta violencia, y que no estamos reaccionando; me da ansiedad la emergencia climática, es un tsunami que va a impactar a todas las luchas y va a cambiar el modo de entender el mundo”.
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