La muerte de una bebé de un mes por mutilación genital femenina en la ciudad de Wellingara, en el oeste de Gambia, despertó indignación y rechazo de organizaciones feministas, que exigieron “rendición de cuentas” para los implicados y mayor “voluntad política” para terminar con este tipo de prácticas.
“Las leyes por sí solas no bastan. El verdadero cambio requiere educación sostenida, participación comunitaria y voluntad política”, afirmó , este la fundadora de la asociación Mujeres en Liderazgo y Liberación (WILL, por sus siglas en inglés), Fatou Baldeh.
Según la Policía de Gambia, la bebé fue sometida a una circuncisión, sufrió una hemorragia grave y fue declarada muerta al llegar al Hospital Materno Infantil de Bundung. Hasta al momento, hay dos mujeres detenidas por su presunta implicación en el caso.
“Exigimos a la Policía de Gambia, al Ministerio de Justicia y a todas las autoridades pertinentes que garanticen una investigación exhaustiva y el procesamiento inmediato de todos los implicados, sin excepción”, indicó la asociación en un comunicado.
“La rendición de cuentas debe extenderse a todos los que facilitaron, permitieron o permitieron que este acto ocurriera”, añadieron.
Baldeh subrayó que la MGF está profundamente arraigada en la sociedad gambiana por creencias culturales, interpretaciones religiosas erróneas y deficiencias en la aplicación de la ley.
La mutilación genital femenina, o MGF, consiste en la ablación o extirpación deliberada de los genitales externos de una mujer.
Consiste a menudo en la extirpación o corte de los labios y el clítoris, y la Organización Mundial de la Salud la describe como «cualquier procedimiento que lesione los órganos genitales femeninos por razones no médicas».
Se estima que 200 millones de niñas y mujeres vivas hoy en día han sufrido alguna forma de mutilación genital femenina, según las Naciones Unidas (ONU).
Aunque se concentra principalmente en 30 países de África y Oriente Medio, también se practica en algunos países de Asia y Latinoamérica, así como entre las poblaciones inmigrantes que viven en Europa Occidental, Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda, según la ONU.
Según datos de la activista, el 70 % de las mujeres del país son sometidas a esta práctica y casi la mitad de las niñas son mutiladas antes de los cinco años.
“Aunque el Gobierno ha mantenido la prohibición de la mutilación genital femenina y cuenta con una estrategia nacional para poner fin a esta práctica en 2030, las lagunas en la aplicación de la ley y las normas culturales persistentes requieren mayores esfuerzos para proteger a las niñas”, remarcó.
También la organización feminista y derechos humanos The Girl’s Agenda (La Agenda de las Chicas) manifestó su indignación y reclamó la plena aplicación de la ley.
“Es nuestro deber proteger a nuestros hijos, no exponerlos a prácticas dañinas que pueden acabar trágicamente con sus vidas”, agregaron.
La mutilación genital femenina fue prohibida en Gambia en 2015, pero la ley se encuentra actualmente bajo revisión por la Corte Suprema, que celebrará una audiencia en octubre próximo para decidir si mantiene o deroga la prohibición.
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