Juzgando a Rumi Carter sin conocerla

La hija de Beyoncé, Rumi Carter, debutó en el escenario durante la noche inaugural de la gira «Cowboy Carter», junto a su madre y su hermana, Blue Ivy. Rumi apareció en el escenario durante la interpretación de Protector, una canción que cuenta con su voz. 

¿Qué pasó?

En el video, se puede ver a la niña de 7 años abrazando a su madre antes de que ambas se tomen de la mano y caminen hacia el público. Su hermana mayor, Blue Ivy Carter, bailaba detrás de ellas. «Un aplauso para Rumi», dijo Beyoncé, mientras el público aplaudía.

 

Sin embargo, no todo fue un momento de amor entre madre e hijas. Poco después de que los videos de Rumi se hicieran virales, un gran número de usuarios en redes sociales comenzaron a especular sobre si la hija de Beyoncé era autista. 

 

Existe una serie de factores por la que esto es preocupante. La primera (y probablemente más importante) es que están haciendo un trend con una niña de 7 años. El comenzar a hacer a los menores de edad nuestro tema de conversación en redes sociales simplemente no está bien. A menos de que la vida o bienestar de algún niño esté en riesgo, no hay razón por la que un montón de adultos deberían de estar hablando sobre un niño o niña en redes sociales, independientemente de que sea famoso o no. 

Por otro lado, el hecho de que personas aleatorias asuman que la niña es autista simplemente porque la vieron aplaudiendo, divirtiéndose y abrazando a su madre (cabe mencionar que estos son comportamientos propios de un niño) asuman que esto la hace autista es otro hecho extremadamente negativo.

 

Sería muy bueno que las personas promedio tuvieran tanta información sobre el autismo al grado de poder decir con seguridad que alguien es autista sin siquiera haberlo conocido. Probablemente sería de gran ayuda para quitar el enorme estigma que el trastorno sigue cargando. Sin embargo, no es así. La concientización sobre el autismo sigue siendo un enorme reto, y con ello el hacer a las personas entender que el autismo no se presenta de la misma manera en dos personas. 

El que la comunidad de internautas pudiera decir con tanta facilidad que Rumi era autista no es una muestra de que sepan sobre el trastorno, sino sobre el desconocimiento sobre el mismo. 

El trastorno autista

Los trastornos del espectro autista son un grupo diverso de afecciones. Se caracterizan por cierto grado de dificultad en la interacción social y la comunicación. Otras características son patrones atípicos de actividades y comportamientos, como dificultad para pasar de una actividad a otra, una mayor concentración en los detalles y reacciones inusuales a las sensaciones. El autismo es una discapacidad del neurodesarrollo que dura toda la vida y afecta la forma en que las personas piensan, sienten e interactúan con el mundo.

 

No sabemos si Rumi es autista, y aunque lo fuera, no sería razón para hacerlo tendencia en internet. El asunto solo le competería a ella y a su familia. Es importante recordar que aunque estas personas son famosas y comparten gran parte de sus vidas, no nos deben este tipo de detalles. Especialmente, una vez más, tratándose de una niña pequeña.

 

Vale la pena reflexionar sobre la diferencia en las reacciones que generaron Rumi y, por ejemplo, Elon Musk. Este último ha sido enormemente alabado por miles de personas a pesar de sus declaraciones problemáticas y políticamente incorrectas (por decir lo menos). A esto le sumamos comportamientos como el saludo nazi que hizo dos veces durante la inauguración de Trump. Y es altamente irónico pensar que a la niña que no hizo nada malo lo están juzgando más que al hombre racista, misógino y negacionista del cambio climático.

Esto se suma al hecho de que Elon Musk ha compartido en el pasado que efectivamente tiene síndrome de Asperger mientras que nadie de la familia de Rumi ha dicho nada similar. De manera que estamos juzgando más por su autismo a una persona que nunca ha confirmado que lo tiene.

Esta podría ser una buena experiencia para recordar que no debemos hacer que los niños sean el centro de nuestros trends o discusiones en redes sociales. Y mucho menos si estamos especulando sobre su salud sin nunca haberlos conocido. A final de cuentas ¿de qué manera nos podría afectar?

También te puede interesar: Forzando la natalidad a toda costa