Musk, Trump y la falta de humanidad

La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) está en el centro de una tormenta política después de que la administración Trump indicara que la cerrará como agencia independiente y posiblemente la trasladará bajo el Departamento de Estado en un esfuerzo más amplio por acabar con la burocracia federal.

 

¿Por qué es importante?

USAID entrega miles de millones de dólares en ayuda humanitaria en el extranjero, fondos que, según los defensores, proporcionan ayuda fundamental a más de 100 países con solo una pequeña fracción del presupuesto federal general de este país. No obstante, el presidente Donald Trump criticó durante el fin de semana a la agencia por estar «dirigida por un grupo de lunáticos radicales», y el multimillonario tecnológico Elon Musk, que dirige su iniciativa de eficiencia gubernamental, calificó a USAID de «organización criminal».

 

La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que el lunes se enfrentó a la posibilidad de ser incorporada al Departamento de Estado después de que el secretario de Estado Marco Rubio la pusiera bajo su dirección, ha sido durante generaciones la principal agencia gubernamental encargada de la entrega de ayuda humanitaria.

 

Creada como entidad independiente en 1961 con el presidente John F. Kennedy, la agencia ofrece servicios de salud, ayuda en caso de desastres y lucha contra la pobreza, pero desde hace tiempo ha sido blanco de críticas conservadoras que (erróneamente) dicen que la agencia gasta despilfarrando y promueve ideas progresistas que contradicen los intereses estadounidenses.

 

El alcance de la ayuda humanitaria

Los programas, que abarcaban desde proyectos de saneamiento de agua hasta iniciativas de vacunación, se vieron sumidos en el caos mientras los contratistas trataban de comprender las implicaciones de la directiva. BRAC, la organización sin fines de lucro más grande del mundo, declaró que 3,5 millones de personas se verían afectadas por los programas que había suspendido en cuatro países. Muchos de ellos al grado de perder la vida debido a la enfermedad o a la inanición.

 

El alcance de la labor de USAID es muy amplio: ayuda humanitaria en Ucrania, consolidación de la paz en Somalia, vigilancia de enfermedades en Camboya, campañas de vacunación en Nigeria, prevención del VIH en Uganda y asistencia sanitaria materna en Zambia, entre una amplia gama de otros programas.

 

La agencia ha ayudado a contener importantes brotes de ébola y otras fiebres hemorrágicas en los últimos años. En algunas regiones, proporciona alimentos, refugio y acceso a agua potable, lo que puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte. En otras, apoya redes mundiales de vigilancia de enfermedades e investigación biomédica que ayudan a las poblaciones locales y también protegen a los estadounidenses, sin mencionar al resto del mundo.

 

En 2003, el entonces presidente Bush puso en marcha el Plan Presidencial de Emergencia para el Alivio del SIDA (Pepfar, por sus siglas en inglés). En la actualidad, emplea a más de 250.000 médicos, enfermeras y otros profesionales en 55 países, que distribuyen medicamentos antivirales y realizan una labor preventiva fundamental. Se le atribuye el mérito de haber salvado millones de vidas y de haber suprimido la propagación del VIH y el SIDA.

 

La crueldad de la “frugalidad”

La realidad es que más allá de ahorrar o revisar presupuestos, lo que Trump y Elon Musk (dos multimillonarios) han logrado es aplastar a los niños más pobres del mundo en una sentencia de confusión y crueldad. No es ahorrar, no es “poner a America primero” es simplemente una flagrante falta de humanidad.

 

Sin el programa USAID, hay un mayor riesgo de que el ébola se propague y tal vez incluso infecte a los estadounidenses y al resto del mundo. Es un recordatorio de que una USAID robusta ha funcionado como una primera defensa contra epidemias y pandemias, ya sea de gripe aviar, ébola u otras enfermedades.

 

El cierre efectivo de la agencia detuvo abruptamente 30 ensayos clínicos, dejando a los pacientes abandonados. En Sudáfrica, por ejemplo, se había colocado a las mujeres anillos internos experimentales destinados a prevenir el embarazo y la infección por VIH, pero ahora las participantes están solas. 

 

Las mujeres y los niños son los principales beneficiarios de la asistencia humanitaria, por lo que son las mayores víctimas de lo que está ocurriendo. El corte está causando que unas 130,000 mujeres pierdan el acceso a la anticoncepción cada día, según el Instituto Guttmacher (los condones escasean actualmente en Zimbabwe). Si la congelación de la ayuda continúa durante tres meses y el acceso a la planificación familiar no se restablece este año, habrá 4,2 millones de embarazos no deseados y 8,300 muertes de mujeres durante el embarazo y el parto, según las estimaciones del instituto.

 

Y es que el pensar que Elon Musk, el hombre más rico del mundo ha dictaminado cortar los fondos a la porción más pobre y vulnerable del planeta es la ironía más cruel que se pudo haber visto. La ayuda humanitaria de USAID representa cuatro de cada diez dólares que se gastan en ayuda humanitaria a nivel mundial. Algunos empleados de USAID han descrito estas decisiones como un “evento de nivel extinción” para el sector humanitario internacional. 

 

Y es que tan solo alrededor del 2% de la riqueza de Elon Musk sería suficiente para erradicar el hambre a nivel mundial. Y es que más allá de que los gobiernos tengan derecho a invertir el presupuesto de diferentes formas, esto no es únicamente una decisión fiscal, sino una verdadera sentencia de muerte para miles de personas alrededor del mundo, personas que ya viven en las condiciones más vulnerables posibles. Y pensar que esta decisión vino de las manos de una persona que tiene más dinero que países enteros es, probablemente, la ironía más cruel que hemos visto.

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