Casi 300 mujeres fueron violadas durante un intento de fuga infernal en una cárcel de Congo
El caos desató un infierno incluso peor para ellas. Al menos 268 mujeres fueron agredidas sexualmente durante horas en el intento de fuga sangriento que se produjo en la madrugada del 2 de septiembre en la prisión de Makala, una de las peores cárceles de la República Democrática del Congo, que dejó 129 muertos y 59 heridos.
Aunque desde el principio se supo del enorme balance de fallecidos, 24 de ellos por disparos de la policía y el resto por asfixia o aplastamiento, un informe interno ordenado por las Naciones Unidas destapó el horror que sufrieron gran parte de las 348 presas de la sección femenina de la cárcel cuando cientos de prisioneros aprovecharon el caos para colarse en el ala destinada a las mujeres y agredirlas sin que nadie se lo impidiera.
Algunas de las mujeres fueron violadas por hasta una docena de hombres y al menos una de ellas murió a causa de las heridas.
Según la investigación de la organización Human Rights Watch, que recoge el testimonio de varias víctimas, algunas de las mujeres fueron violadas en grupo por hasta una docena de hombres y al menos una de ellas murió días después a causa de las heridas. Una de las reclusas, citada solo como Alice para preservar su identidad por motivos de seguridad, describe el clima de terror e impunidad que vivieron ellas y sus compañeras.
“En medio de la fuga de la prisión… (los prisioneros hombres) rompieron la puerta del pabellón de mujeres y comenzaron a violarnos. Llevaban cuchillos, machetes y hojas de afeitar y si te negabas te decían que te matarían. La propia Alice fue testigo de violaciones en grupo. “Vi como una docena de hombres violaban a una mujer e incluso otros a una anciana. Fue horrible. No podía creerlo pese a que lo vi con mis propios ojos”.
Hay 60 detenidos como presuntos autores de las agresiones sexuales y al menos 4 menores de edad entre las mujeres violadas y que han querido testificar contra sus agresores en un tribunal militar que se realiza desde hace días directamente en el patio de la prisión.
Aunque se cree que la mayoría de agresores fueron reclusos, también hay dos policías y dos militares en el banco de los acusados.
La violación de mujeres en Makala fue sistemática y salvaje: prácticamente ocho de cada diez de las internas sufrieron algún tipo de agresión sexual durante el intento de evasión de una cárcel donde los prisioneros viven en condiciones infrahumanas.
Construida en el año 1957 para albergar 1.500 reclusos, la zona penitenciaria mantenía en su interior unas 15.000 personas, una cifra diez veces superior.
Pese a la magnitud de las presas afectadas, según Emmanuel Adu Cole, presidente de la ONG local Fundación Bill Clinton por la Paz, la cifra de víctimas podría ser incluso superior.
“No podemos decir in siquiera que al menos una de las mujeres reclusas se haya librado. Muchas mujeres no quieren reconocer por dignidad que han sido violadas, pero sabemos la manera en que los prisioneros se comportan. Algunas mujeres se niegan a admitir que en realidad todas han sido violadas”.
Otras dos reclusas que declaran como testigos en el informe, lamentan que los agresores también les robaron todas sus pertenencias y no han recibido atención médica por parte de las autoridades presidiarias. “A mí me violaron varios hombres, no sé qué ocurrió para que fuera posible y me pregunto qué tipo de justicia tenemos en este país. Ahora no soy capaz ni siquiera de caminar o estar de pie por culpa de lo que me hicieron”.
Médicos Sin Fronteras (MSF) inició el lunes el reparto de kits sanitarios para violencia sexual, cuya distribución debe realizarse en las 72 horas posteriores a la agresión. El director de África Central de HRW pidió una investigación para desenmascarar a los responsables. “Las muertes de prisioneros y la violencia sexual en la prisión de Makala han arrojado luz sobre los horrendos, persistentes y sistémicos problemas del sistema penitenciario del Congo”.
No es la primera vez que una ola de violencia sexual se desata en una prisión congolesa. En el año 2020, un motín en la cárcel de Kasapa Central de Lubumbashi provocó un incendio que obligó a las mujeres presas a refugiarse en el patio de la sección de los hombres.
Durante tres días y sin que nadie las protegiera, docenas de reclusas fueron violadas por varios presos.
Con información de LA VANGUARDIA
Foto: Ministerio del Interior RDC
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