El trend de las trad wives no es nuevo, a pesar de que así lo parezca a ratos. Llevamos viéndolo en TikTok desde hace algún tiempo y según Google Trends, las búsquedas del término «tradwife» comenzaron a ganar popularidad a mediados de 2018 y alcanzaron niveles altos a principios de la década de 2020.
Sin embargo, irónicamente, el movimiento ha adquirido fuerza conforme ha pasado el tiempo. Algunas de las más famosas son Nara Smith y Hannah Neeleman, esta última siendo la protagonista de nuestra historia. Pero antes de contarla, es importante aclarar lo que el término quiere decir.
El término remite, como su nombre lo dice, a «una esposa tradicional». Es decir, ser mujer “a la antigua”; una mujer que le dedica tiempo en su totalidad a su esposo y las labores del hogar. Una vida alejada de los roles de género modernos y que remite a la “nostalgia” de cuando la labor más importante que podía tener una mujer era la de ama de casa y madre.
Y a pesar de que las mujeres han sido amas de casa y esposas desde décadas antes que las tradwives estuvieran de moda, ellas parecen haberle dado un giro distinto. Arregladas (muchas veces con ropa cara remitiendo a la década de los 50s y 60s), maquilladas y con instrumentos de cocina costosos, romantizando su día a día y sus recetas mientras los comparten en TikTok.
@ballerinafarmI’ve been on a sheep’s milk ice cream kick. The milk is so creamy that I don’t have to add additional cream and I love that. However, we did add in some homemade apple pie and homemade maraschino cherries on top! It was what summer dreams are made of. ? ? ?? If I Had You – The Benny Goodman Sextet
Hannah Neeleman, una influencer de Utah conocida en línea como @ballerinafarm, ha estado en los titulares luego de un perfil en profundidad que reveló las complejidades de su vida como tradwife y creadora de contenido. Antes de conocer a su esposo Daniel, Hannah estaba estudiando ballet con una beca en la prestigiosa universidad de Julliard en Nueva York. Sin embargo, dejó su carrera trunca para decidir casarse y tener hijos con Daniel, aunque (según la entrevista) ella quería terminar la carrera primero y fue él quien la presionó para casarse cuanto antes.
Con más de 17 millones de seguidores en Instagram y TikTok combinados, Hannah saltó a la fama en las redes sociales con sus publicaciones sobre su estilo de vida en una gran granja de Utah junto a su esposo, Daniel Neeleman, y sus ocho hijos.
El artículo, publicado por The Sunday Times del Reino Unido, profundizó en los matices de la vida diaria de Hannah, produciendo contenido sobre su vida como madre de ocho hijos y los desafíos que enfrenta detrás de escena. El perfil ha provocado un amplio debate sobre el fenómeno de las tradwives con el que está fuertemente asociada, aunque Hannah le dijo al Times que no se «identifica» con el término. También insistió en que su contenido es simplemente «hacer lo que Dios quiere».
Si bien el contenido de las redes sociales de Hannah retrata un estilo de vida idílico, el perfil reveló una realidad algo diferente, ya que Daniel habló sobre la madre de ocho hijos que experimenta ataques de agotamiento y cría a su familia sin cuidado infantil (a petición suya), lo que llevó a los espectadores a preguntarse cuánto de su vida en las redes sociales está romantizado.
No pasó mucho tiempo hasta que los internautas comenzaron a ver a Hannah como una esclava cuyos sueños no se habían realizado a causa de un hombre. Y a pesar de que el público pudo haber sido precipitado para juzgar la historia de Hannah bajo una lógica en que el haber decidido ser ama de casa y no bailarina no pudo haber sido su propia decisión, sí existen elementos de violencia que nos pueden dejar pensando; como el hecho de que no le haya permitido tener un epidural en ninguno de los nacimientos de sus hijos (excepto el de la última y lo decidió porque él no pudo estar presente). También está el hecho de que Hannah sigue participando en certámenes de belleza a pesar de todas sus ocupaciones.
Y a pesar de que mucho de lo que se publicó en la entrevista pudo ser problemático en la lógica de empoderamiento femenino que vivimos el día de hoy, quizá hay algo que no estamos viendo. El asumir automáticamente que una mujer que prefirió dedicarse en su totalidad a su familia en lugar de hacer una carrera es, de algún modo, masculinizar el feminismo que decimos pregonar. El asumir que una mujer no puede querer libremente, bajo ningún motivo, dedicarse a la vida que era común antes de que las mujeres comenzaran a ocupar espacios profesionales reservados para hombres, es desdeñar lo tradicionalmente femenino para únicamente valorar la labor de las mujeres si se asemeja a la de los hombres.
Y esta manera de ver las cosas es altamente problemática ya que la piedra angular del feminismo es darle igualdad de oportunidades a todos (y no necesariamente que todos seamos iguales) por lo que uno de los valores principales aquí es la capacidad de decidir. Y el hecho de que pensemos que la única manera en la que Hannah pudo en su sano juicio haber elegido esta vida sobre ser bailarina profesional es habiendo sido obligada a ello por un hombre, nos termina haciendo mucho menos feministas y, una vez más, poniendo a los hombres en el centro de todo.
Al mismo tiempo no debemos olvidar el elemento económico y racial, en el que mujeres mayormente blancas y privilegiadas están poniendo de moda a la figura de la tradwife y haciéndolo ver como una experiencia nueva y glamorosa. Aa ayuda en casa siempre ha sido de unos cuantos, y principalmente blancos. Esta idea glamorosa de no tener ayuda mientras le haces de comer y cuidas de tus hijos, es algo que las mujeres racializadas siempre han hecho.
Por lo que, a pesar de que Hannah Neeleman bien puede tener una vida mucho menos feliz y agradable de lo que sus videos perfectamente editados y curados dejan ver (que suele ser el caso con la mayoría de los influencers) esto no necesariamente significa que tiene que ser una esclava. Y que es probable que la entrevista que le hicieron pudiera estar sesgada para hacer verla así de algún modo. También puede ser que Hannah prefiera esta vida y por eso ejerza estas labores. A pesar del contexto histórico tan largo de hombres represivos que existen.
El creer que una mujer no puede libremente decidir ser un ama de casa en lugar de tener una carrera y juzgarla como esclava es un acto machista, ya que nuevamente no le permiten decidir sobre su propia vida (y es interpretada por alguien más).
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