En uno de los giros más inesperados que el empoderamiento de género y el feminismo han tomado está el celibato voluntario, en el que las mujeres se abstienen de tener relaciones sexuales con hombres.
Este movimiento viene tomando fuerza particularmente entre la Gen Z. En TikTok, el celibato voluntario o intencional se ha convertido en una tendencia (el hashtag #celibacy ha tenido más de 195 millones de visitas) y quienes lo practican afirman que ha mejorado su concentración, su salud mental y su energía.
Existen varias razones que han llevado a las mujeres a comenzar a implementar el celibato en sus vidas. Parte de ello se debe a la amenaza a los derechos al aborto y anticonceptivos en algunos países, uno de ellos siendo Estados Unidos. Pero uno de los motivos más importantes es la desilusión colectiva de lo que las relaciones románticas y sexuales heterosexuales suelen implicar para las mujeres.
Louise Perry, autora del libro The Case Against the Sexual Revolution, ha sido una de las voces más importantes defendiendo este movimiento. Ella ha dicho que el problema es que, debido a que nuestra cultura sexual está tan orientada hacia un estilo de sexualidad más masculino, muchas mujeres jóvenes en particular no se sienten capaces de exigir el compromiso de sus parejas. Ella afirma que es por esto que un número cada vez mayor está optando por abandonar por completo la cultura sexual.
En su libro elabora sobre la noción de que en un mundo en el que el sexo es ahora sólo otra actividad de ocio, y en el que ser cualquier cosa que no sea “sex positive” es ser, en el mejor de los casos, un aburrido y, en el peor, alguien que alberga una profunda vergüenza interiorizada, las mujeres deben permanecer eternamente en silencio sobre ciertos comportamientos.
Deben celebrar los “problemas”; deben disfrutar de la pornografía. Por encima de todo, deben tener una actitud “masculina” en relación al sexo, y celebrar esto como una igualdad ganada con tanto esfuerzo y no esperar continuar una relación después del encuentro sexual.
Aunado a esto, cuando se tiene en cuenta la brecha del orgasmo y el hecho de que el placer de las mujeres aún no está a la par del de los hombres, algunas mujeres se preguntan si el sexo vale la pena. De alguna manera se ha comenzado a ver como una actividad de “alto riesgo” y baja recompensa, por lo que muchas han decidido optar por evitarlo por completo.
Desde el movimiento 4B en Corea hasta la tendencia de celibato en Estados Unidos, era de esperarse que este movimiento no sea bien recibido entre los hombres y grupos conservadores.
Incluso Bumble, la aplicación de citas, tuvo un episodio desafortunado con su más reciente campaña publicitaria en Estados Unidos. En algunas ciudades, lanzaron varios espectaculares que leían «You know full well that a vow of celibacy isn’t the answer» (el celibato no es la respuesta), o «Thou shalt not give up dating and become a nun» (no te des por vencida, no te conviertas en una monja).
Esta campaña, viniendo de una aplicación de citas que supuestamente aboga por el empoderamiento femenino fue extremadamente mal recibida justamente por hacer caso omiso de las verdaderas razones por las que las mujeres han decidido recurrir al celibato en primer lugar.
Los comentarios de las usuarias de internet que vieron esta campaña, iban dirigidos a por qué en lugar de criticar las prácticas sexuales voluntarias de las mujeres (que a su vez no le hacen daño a nadie), le decían a los hombres que cambiaran su mal comportamiento (que a su vez ha sido el detonador del movimiento).
La respuesta fue tan mala que la aplicación de citas tuvo que disculparse, quitar los espectaculares y hacer donaciones a organizaciones que defienden y ayudan a víctimas de violencia doméstica.
Al mismo tiempo, los hombres han respondido con sus propios movimientos, uno de ellos siendo el 5G, en el que esencialmente responden al movimiento 4B diciendo que ahora son ellos los que no quieren salir con mujeres, buscarlas, embarazarlas, tener relaciones con ellas, etc.
También existe el movimiento incel que viene de las palabras “involuntary celibacy”. En su forma más básica, incel describe a alguien, generalmente un hombre, que se siente frustrado por su falta de experiencias sexuales. Ambos han sido una respuesta reaccionaria al movimiento de las mujeres, quizá confirmando así la razón por la que optaron por el celibato en primer lugar.
La realidad es que el celibato de las mujeres ha sido un movimiento que responde no solo a la insatisfacción con la vida sexual con hombres, sino a la decepción que han implicado las relaciones heterosexuales en general, incluyendo también la vida sexual. El movimiento responde no solo a una manifestación sexual sino a una respuesta contra la violencia de género y la desigualdad en las relaciones.
Una de las referencias del movimiento ha sido Julia Fox. En relación a su celibato, le dijo a la revista Elle que sólo quería que la dejaran en paz y que estaba harta de los hombres. “Siento que entablar una relación heterosexual es conscientemente inscribirte en una dinámica poco saludable”.
El hecho de que las mujeres se tomen un tiempo para replantearse a sí mismas las razones por las que entran (o no) en una relación heterosexual pueden ser sumamente benéficas para su persona, especialmente si utilizan el tiempo no solo para reflexionar sobre las relaciones sino sobre la dinámica que quieren para su vida en general. Es tiempo de que las relaciones sean tan benéficas para las mujeres como lo son para los hombres.
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