Durante la última década ha sido cada vez más común ver a niños y adolescentes usar celulares con más frecuencia, e incluso sin supervisión. Al mismo tiempo, debido a que los teléfonos celulares se manejan como instrumentos que funcionan para el entretenimiento, comunicación, consulta, trabajo, socialización, etc, se ha vuelto más difícil para los padres ponderar si sus hijos necesitan o no un teléfono.
Y esto no solo aplica para adolescentes, sino que hemos llegado al grado de que muchos padres ya no pueden mantener un control adecuado de sus hijos si no tienen acceso a un dispositivo como una tableta o un celular. Lo cual los deja en una posición difícil también.
En el libro The Anxious Generation: How the Great Rewiring of Childhood Is Causing an Epidemic of Mental Illness, Jonathan Haidt argumenta cómo las generaciones nacidas a partir de 1996 han sufrido profundamente los efectos negativos de haber crecido con smartphones y redes sociales.
Jonathan Haidt traza los efectos más severos de esta tecnología hacia los adolescentes aproximadamente desde 2010 hasta 2019. Y determina que los principales culpables de los efectos negativos en la salud mental causados por crecer con un constante acceso a la tecnología son las empresas que han generado esta tecnología (algunas de ellas siendo Apple, Meta, TikTok, etc). Esto se debe a que su misión principal es maximizar las ganancias a través de crear plataformas y dispositivos altamente adictivos que aumenten las interacciones.
Es un hecho que estas compañías fueron (y siguen siendo) responsables por enganchar a niños durante etapas vulnerables del desarrollo, mientras sus cerebros se han reconfigurado rápidamente en respuesta a la estimulación recibida por los dispositivos y plataformas antes mencionados. Hoy sabemos que esto ha sido altamente peligroso y negativo para la salud neurológica de niños y adolescentes.
La adolescencia y la pubertad son épocas sumamente vulnerables, ya que quiénes pasan por ellas experimentan sentimientos y estímulos fuertes a pesar de que todavía no han desarrollado la racionalidad para lidiar con ellos correctamente. Es similar a un coche que tiene disponible toda la intensidad del acelerador pero todavía no tiene frenos.
En el cerebro de los seres humanos las partes del cerebro que buscan recompensas maduran antes, mientras que la corteza frontal, esencial para el autocontrol, el retraso de la gratificación y la resistencia a la tentación, no alcanza su capacidad total hasta mediados de los 20 años, y los preadolescentes se encuentran en un momento particularmente vulnerable.
Cuando comienzan la pubertad, a menudo se sienten socialmente inseguros, se dejan influenciar fácilmente por la presión de sus compañeros y se sienten atraídos fácilmente por cualquier actividad que parezca ofrecer validación social. Esto es altamente peligroso en la tendencia de acceso a internet sin supervisión, ya que pueden fácilmente creer que todo lo que ven en las plataformas es la realidad (algo que nos afecta incluso como adultos). Pero a diferencia de los adultos, los niños y adolescentes ignoran que tienen un algoritmo perfectamente construído para hacerlos comprar más, pasar más tiempo en las plataformas y, entre más lo hacen, garantizar que se sientan peor y así sigan regresando en busca de más estímulos.
Al mismo tiempo la incorporación de la cámara frontal en los celulares tuvo un efecto profundo en la vida de niños y adolescentes, pues llegó en edades en las que tienen más posibilidades de verse afectados por la inseguridad en relación a su apariencia. Hoy sabemos que esto tuvo efectos muy importantes en el desarrollo y salud mental de millones de niñas, y probablemente ha empeorado en años recientes.
Uno de los problemas más grandes de la incorporación de los teléfonos móviles en edades tempranas es que ahora es muy difícil imaginar criar a un niño sin ningún acceso a este tipo de tecnología. La hipervigilancia y exceso de limitaciones puede ser negativa para cualquier mamífero en desarrollo, pues durante el juego se aprenden habilidades importantes para la vida. Los adolescentes no son la excepción.
La Generación Z se convirtió en la primera generación en la historia en pasar por la pubertad con un dispositivo en el bolsillo que era capaz de alejarlos de las personas cercanas y los llevaban a una especie de universo alternativo que era emocionante, adictivo, inestable y, según lo que hoy sabemos, inadecuado para niños y adolescentes.
Una de las partes más graves de esto es que el triunfar socialmente en el universo de las redes sociales les exigía dedicar gran parte de su conciencia –perpetuamente– a gestionar lo que se convirtió en su “marca digital” o huella virtual. Es por eso que muchas personas hoy en día suelen comentar sobre lo conscientes (y hasta recatados) que suelen ser los adolescentes de la generación Z, citando que “todo les da cringe” incluso más que a un adolescente normal. Y esto probablemente se deba a que están hiperconscientes de su apariencia ante los demás debido a que crecieron constantemente expuestos a esta tecnología. Un buen ejemplo de esto es la tendencia de perfiles de Instagram sin posts que confunden a la mayor parte de los adultos.
De manera que a estas alturas lo mejor que podemos hacer es aumentar los recursos de salud mental disponibles para los adolescentes, aumentar las vías de comunicación entre padres e hijos e intentar fomentar un uso más regulado y consciente de las redes sociales. Es un reto importante que incluso muchos adultos todavía no saben hacer adecuadamente, pero es uno en el que quizá descanse el bienestar mental de esta generación.
También puede interesarte: ¿Hombres golpeando a mujeres en las calles?
La diversidad laboral como prioridad en Coahuila El compromiso de Salomón Issa Tafich con la…
La decisión de permitir la participación de Israel en Eurovisión 2026 provocó un fuerte quiebre…
La violencia contra las mujeres con discapacidad es un problema grave en México y en…
La reducción de la jornada laboral en México volvió al centro del debate. Sin embargo,…
Cynthia Erivo, protagonista de Wicked 2, se convirtió en blanco de una ola masiva de…
Cuando se habla del impacto de una mujer en la vida pública, el trabajo de…