Comienza la próxima gran batalla sobre el aborto en Estados Unidos

La Corte Suprema de Estados Unidos escucharía el pasado martes los argumentos presentados en un recurso contra el acceso a la pastilla para abortar en todo el país, incluso en los estados en los que el aborto es legal. Es mucho lo que está en juego para el derecho a la interrupción del embarazo y el caso representa la batalla más importante sobre la asistencia médica reproductiva desde la anulación de Roe contra Wade en 2022. 

En el centro de esta lucha está la mifepristona, una píldora que bloquea una hormona necesaria para el embarazo. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE UU (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó este medicamento hace más de dos décadas y se emplea para tratar a algunas pacientes con síndrome de Cushing, así como endometriosis y fibromas uterinos. Pero su uso principal es el que se cuestiona actualmente: la mifepristona es la primera de las dos pastillas que se toman en las 10 primeras semanas de embarazo para un aborto farmacológico estándar, junto con el misoprostol.

Si los jueces se ponen del lado de los activistas antiaborto que pretenden limitar la disponibilidad de la mifepristona, peligraría el acceso en todo el país al método más habitual. Una sentencia que invalidara la aprobación de la mifepristona abriría la puerta a que cualquier juez revocara la autorización de la FDA de cualquier fármaco, sobre todo de los que a veces se consideran controvertidos, como los medicamentos contra el VIH y los anticonceptivos hormonales. También tendría un efecto disuasorio sobre el desarrollo de nuevos medicamentos, haciendo que las empresas desconfíen de invertir en la investigación de tratamientos que más tarde se retirarían del mercado. 

Más allá del derecho reproductivo 

Las pastillas son actualmente el principal método de aborto en Estados Unidos y su popularidad se ha disparado en los últimos años. Más de seis de cada 10 abortos en 2023 se realizaron mediante medicación, según nuevos datos del Instituto Guttmacher. Desde que se relajaron las normas sobre la telesalud durante la pandemia de covid-19, muchas pacientes que buscan abortos farmacológicos recurren a clínicas virtuales, que envían píldoras abortivas a domicilio. Y cada vez es más frecuente: Hey Jane, un destacado proveedor de telemedicina, vio aumentar la demanda un 73% de 2022 a 2023. Registró otro incremento del 28% comparando los datos de enero de 2023 con los de enero de 2024. 

“El aborto por telemedicina es demasiado eficaz como para no estar en el punto de mira de los que se oponen al aborto”, señala Julie F. Kay, abogada de derechos reproductivos desde hace muchos años y directora del grupo de defensa Abortion Coalition for Telemedicine.

El alegato se produce tras una larga y enmarañada serie de disputas legales en tribunales inferiores. La Corte Suprema examinará dos casos consolidados juntos, entre ellos el de la FDA contra la Alliance for Hippocratic Medicine, en el que una coalición de activistas antiaborto presentó una demanda contra la aprobación de la mifepristona por parte de la administración, pidiendo que se retirara del mercado. La Alliance for Hippocratic Medicine es representada por Alliance Defending Freedom, un despacho de abogados cristiano de derecha que suele aceptar casos con tintes políticos. 

A pesar de décadas de consenso científico sobre el historial de seguridad del medicamento, la Alliance for Hippocratic Medicine afirma que la mifepristona es peligrosa para las mujeres y ocasiona que terminen en urgencias. En febrero, se retractó un estudio de 2021 citado por los demandantes para respaldar sus declaraciones, después de que una evaluación independiente descubriera que sus autores habían llegado a conclusiones inexactas. 

En abril de 2023, el juez Matthew Kacsmaryk del Distrito Norte de Texas, nombrado por Trump, emitió una sentencia preliminar sobre el caso de la FDA que invalidaba la aprobación de la mifepristona por parte de la agencia. El fallo causó conmoción mucho más allá del mundo de los derechos reproductivos, ya que tuvo importantes implicaciones para toda la industria farmacéutica, así como para la propia FDA; este sugería que los tribunales tenían la facultad de revocar la autorización de un medicamento incluso después de décadas en el mercado.

El Tribunal de Apelación del Quinto Circuito de EE UU restringió la decisión de Kacsmaryk una semana después, permitiendo que el fármaco siguiera en el mercado, pero anuló las decisiones de la FDA de los últimos años que facilitaban la prescripción y la obtención de la mifepristona. Esa decisión limitó el plazo en que se puede tomar a las siete primeras semanas del embarazo y puso en peligro el acceso a la telemedicina, así como el suministro de la versión genérica del medicamento. 

Tras la sentencia del Quinto Circuito, la FDA y Danco Laboratories solicitaron a la Corte Suprema una medida de emergencia, solicitando a los jueces que mantuvieran el acceso hasta que pudiera juzgar el caso. En su presentación legal, Danco describió acertadamente la situación como un “caos normativo”. 

Scotus dictó una suspensión temporal, manteniendo el statu quo; la corte decidió finalmente retomar el caso en diciembre de 2023. 

Mientras todo esto ocurría, los estados pro derecho al aborto de todo el país estaban aprobando lo que se conoce como leyes escudo, que protegen a los médicos que ofrecen servicios a pacientes embarazadas en territorios donde la práctica está prohibida. Esto ha permitido a algunos proveedores, entre ellos el grupo de defensa del aborto con medicamentos Aid Access, enviar a domicilio píldoras a personas que las solicitaban en lugares como Louisiana y Arkansas.

¿Quién decide sobre el derecho al aborto? 

Aunque los debates que se presentarán ante la Corte Suprema comenzaron el martes, es probable que pasen meses antes de que se dicte una sentencia. Los observadores del tribunal sospechan que la decisión se produciría en junio. Con las elecciones presidenciales de Estados Unidos en otoño, el fallo se convertiría en un importante tema de campaña, especialmente porque el acceso al aborto ayudó a movilizar a los votantes en las elecciones de medio mandato de 2022. 

Si la Corte Suprema da la razón a los demandantes en que la mifepristona debe retirarse del mercado, a algunos miembros de la industria farmacéutica les preocupa que ello socave la autoridad de la FDA, la agencia encargada de revisar y aprobar los medicamentos en función de su seguridad y eficacia. 

“Este caso no trata de la mifepristona”, destaca Elizabeth Jeffords, CEO de Iolyx Therapeutics, una empresa que desarrolla medicamentos para enfermedades inmunitarias y oculares. Jeffords es firmante de un informe de apoyo presentado en abril de 2023 que reunió a 350 compañías farmacéuticas, directivos e inversionistas para impugnar la sentencia del tribunal de distrito de Texas. 

“Este caso fácilmente pudo ser sobre el minoxidil para la caída del cabello. Sobre el Mylotarg para el cáncer. Sobre las vacunas contra el sarampión”, resalta Jeffords. “Se trata de si se permite o no a la FDA ser el árbitro científico de lo que es bueno y seguro para los pacientes”.

Greer Donley, profesora asociada de Derecho en la Universidad de Pittsburgh y experta en temas legales sobre el aborto, no considera probable que el tribunal revoque totalmente la aprobación de la mifepristona. En cambio, ve dos posibles resultados: la Corte Suprema desestimaría el caso o anularía la decisión de la FDA en 2023 de eliminar permanentemente el requisito de suministro en persona y permitir el aborto mediante telesalud. “Sería una decisión aún más limitada que la del Quinto Circuito, pero seguiría siendo bastante devastadora para el acceso al aborto”, asegura. 

La Corte Suprema también decidiría que los demandantes carecen de derecho a llevar el caso ante los tribunales, comenta David Cohen, profesor de derecho de la Universidad de Drexel, especializado en derecho constitucional y cuestiones de género. “Este caso sería rechazado por falta de legitimación, lo que significa que los demandantes no son las personas adecuadas para presentar este caso”, asevera. “Si la mayoría de las interrogantes giran en torno a la legitimación, eso te dará una idea de que eso es lo que les preocupa a los jueces”. 

Dado que la actual Corte Suprema se considera un organismo antiaborto, los profesionales de la salud reproductiva ya se están preparando para lo peor. Algunos proveedores de telesalud ya están planteando un plan alternativo: ofrecer abortos farmacológicos solo con misoprostol. Esto no es lo ideal, ya que la combinación de ambas píldoras es el tratamiento estándar vigente y ofrece los mejores resultados; el misoprostol por sí solo provoca calambres y náuseas adicionales. Para algunos proveedores que tengan que elegir entre solo misoprostol o nada, eso sería mejor que nada.

Los activistas del derecho al aborto no tienen previsto renunciar a las opciones a domicilio, independientemente del resultado de este caso concreto. “Que quede claro: Hey Jane no dejará de prestar servicios de aborto a través de la telemedicina, sea cual sea el resultado de este caso”, afirma Kiki Freedman, CEO y cofundadora de Hey Jane. 

“No volverán a meter al genio en la botella”, expresa Kay. 

Con información de WIRED 

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