Detrás de las clínicas de aborto falsas

Una de las más perversas estrategias para detener a las mujeres que buscan tener un aborto, y permitirles tener control de su cuerpo, son los mal llamados “centros para embarazos en crisis”. Centros que fingen ser clínicas donde se realizan abortos, pero en realidad difunden desinformación e intimidan a mujeres para convencerlas de tener al bebé en cuestión.

¿Cómo funcionan?

Conocidas como «clínicas falsas» por los activistas proelección, y como centros de recursos para el embarazo por los partidarios del antiaborto, se las acusa de hacerse pasar por centros médicos destinados a ayudar a las mujeres embarazadas o incluso parecer clínicas de aborto.

Los centros de crisis de embarazo no son lugares donde se ofrece asesoramiento imparcial a mujeres que evalúan sus opciones: son lugares donde se presiona a las mujeres -a veces sutilmente y a veces no- para que lleven sus embarazos a término. 

A la luz de la politización, limitación y criminalización del aborto en el marco de la anulación a Roe v Wade, este tipo de centros han aparecido en todo Estados Unidos como una parte controvertida de la lucha en curso por los derechos reproductivos de las mujeres. Hoy en día se estima que por cada clínica real existen tres “clínicas” falsas en este país. Y están financiados, aunque sea parcialmente, por recursos públicos debido a que se describen como “clínicas para mujeres”.

Estos centros de embarazo tienen como propósito utilizar a mujeres y familias vulnerables al aborto para que elijan la vida para sus hijos por nacer a cambio de ofrecer servicios gratuitos de apoyo durante el embarazo.

La amenaza también es local

Este fenómeno no es único a Estados Unidos, sino que en México también sucede. La organización Vifac (Vida y familia A.C.) recibe cada año donaciones millonarias de diferentes empresas y familias prominentes en México. 

En 2023, la Suprema Corte de Justicia de México anuló la penalización del aborto a nivel federal, pero todavía son muchas las que no pueden acceder a una interrupción segura del embarazo. Solamente 14 de los 32 estados de la república han legalizado el aborto hasta la semana 12. Al mismo tiempo, un decreto federal obliga a hospitales públicos y privados a atender la salud de víctimas de violencia doméstica, de género y sexual – incluyendo anticoncepción de emergencia y aborto.

Sin embargo, esto no es una realidad en muchas zonas, sobre todo en el norte del país, y las defensoras de la salud y los derechos de las mujeres se ven obligadas a trabajar con sigilo para proveer de píldoras abortivas a quienes las necesitan. La organización Vifac administra en esa región una cantidad de ‘centros para embarazos en crisis’ que atraen a las mujeres con tests y ecografías gratuitas y avisos en línea que sugieren su intención de informar para que las personas elijan mejor.

Vifac se sirve de sitios web o páginas de Facebook como ‘Interrumpir embarazo’, y publicidad y mensajes equívocos como “Disfruta de la libertad y autonomía de tu cuerpo”, o “Recuerda que en tu cuerpo decides tú”, para atraer a personas que necesitan un aborto. Su trabajo se enfoca en intimidar a las mujeres a que no lo tengan, ofrecerles todo tipo de apoyo durante su embarazo y, si es el caso, apoyarlas en el proceso de dar en adopción al bebé también. Según los datos en el sitio web de Vifac, únicamente el 10% opta por esta opción.

Un reportaje de la organización OpenDemocracy relata las tácticas usadas por Vifac para que las mujeres no interrumpieran sus embarazos, incluso cuando se trataba de menores de edad y posibles víctimas de violaciones. La organización ha sido acusada también de ofrecer adopciones de forma irregular. Vifac cuenta también con tres sucursales en la Ciudad de México y el Estado de México, incluyendo una en la que tienen una propiedad conjunta de tres casas para poder dar alojamiento a mujeres durante el periodo de su embarazo.

La organización, fundada en 1985, no es muy clara sobre las fuentes de una financiación que ronda los tres millones de dólares por año desde 2017. Con 36 centros en México y uno en Brownsville (Texas), Vifac declaró ingresos por 21,4 millones al Servicio de Administración Tributaria (SAT) entre 2017 y 2023, sin mencionar a ninguno de sus donantes en sus reportes financieros.

Las donaciones recibidas aparecen distribuidas en las siguientes categorías: 12,9 millones de dólares de fundaciones privadas y corporativas; 6,9 millones de personas físicas; 1,3 millones de fondos públicos y 112,000 dólares de donantes extranjeros no identificados. Hay otros 129,000 dólares sin especificar.

El problema no es que haya organizaciones que apoyen a las mujeres que lo necesitan durante su embarazo. El problema es que lo hacen con un único propósito en mente: que las mujeres no decidan abortar. Y una vez que el bebé nace, se puede decir que su relación con las mujeres cumple su cometido. Sin embargo, cualquier padre o madre sabe que el momento en el que el bebé nace es cuando todo apenas empieza. Y es cuando las mujeres más necesitarían apoyo, especialmente si el padre está ausente y no tienen ayuda. Les resta, literalmente, una vida entera sin el apoyo adecuado. Y el niño o niña en cuestión será el que sufra las consecuencias de esta decisión que nunca tuvo en mente el bienestar de la madre o el bebé.

Casos como éstos nos recuerdan que además de luchar por el derecho al aborto seguro es esencial evidenciar a estas organizaciones y el trabajo cruel que ocultan detrás de un supuesto servicio en función de las madres en situación vulnerable. En una época como hoy en la que estamos luchando más que nunca por la equidad de género, lugares como éstos no pueden seguir existiendo.

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