Fofo Márquez y su «arrepentimiento»

Entre los giros que ha tomado el caso de Rodolfo “Fofo” Márquez en el poco tiempo que ha pasado desde que fue detenido, el más reciente es el del rumor de que pagará 16 millones de pesos a la víctima Edith N en reparación de daños y podrá salir de prisión.

¿Qué pasó?

El texto que se filtró en redes (cuya veracidad no ha sido confirmada) emulando una declaración de la víctima, decía lo siguiente:

“Acepté el acuerdo reparatorio porque creo en la importancia de brindar segundas oportunidades en la vida, todos cometemos errores, pero lo fundamental es reconocerlos y trabajar para enmendarlos. Él está sinceramente arrepentido por sus acciones y está comprometido a hacer las cosas bien en el futuro, creo que este acuerdo no sólo beneficia a ambas partes involucradas, sino que también abre la puerta a la reconciliación y al perdón”

Poco después de que esta noticia empezó a circular en internet, Edith N desmintió cualquier acuerdo y expresó que el influencer no ha tenido ningún contacto con ella para negociar ningún acuerdo. Al mismo tiempo dijo que tienen audiencia el 25 de mayo y la gente no debería de dar credibilidad a esos comunicados. 

La realidad es que en un delito tan grave como tentativa de feminicidio no puede proceder la reparación de daños ni el perdón en esta calidad. Estas resoluciones no caben en este delito y no existe la posibilidad de negociar ninguna suma.

Una de las partes más interesantes del desarrollo de este caso (y a su vez una de las más escandalosas) es que varias partes han expresado el supuesto arrepentimiento de Rodolfo (su madre con la carta publicada anteriormente, esta declaración falsa, su abogado,etc) excepto el propio Rodolfo. Incluso Edith ha dicho que durante la audiencia que se sostuvo en ningún momento ni siquiera la miró a los ojos. Él habló de sus supuestas amenazas en la cárcel, de su mamá, de su novia pero en ningún momento habló con ella o se dirigió a ella. 

 

La narrativa de exculpación

Independientemente de los claros problemas de agresividad y autoestima que Rodolfo ha tenido a lo largo de su vida (o por lo menos en lo que podemos ver en su extensa huella digital en diferentes plataformas), la narrativa que se ha adoptado en una parte considerable de los medios cubriendo este caso es una que parece intentar exculpar al agresor.

Notas en las que se detalla lo “mucho que ha sufrido” el Penal de Barrientos donde se encuentra actualmente, o hacer hincapié en el hecho de que está amenazado de muerte o si ha sido golpeado. 

Es importante mencionar que la brutalidad en los penales es completamente criticable, es un problema que es importante atacar y que está directamente relacionado con fallas en el sistema penal de este país. Sin embargo, es alarmante que a pesar de que el crimen de Rodolfo está registrado en video y las lesiones de Edith fueron también registradas en fotografía inmediatamente después de que sucedieron, todavía existe una importante tendencia a querer hacer relucir su supuesto arrepentimiento o que no merece ser condenado de acuerdo a la gravedad de sus crímenes.

Es cierto que los seres humanos solemos tener diferentes aristas de nuestra personalidad: podemos tener grandes cualidades al mismo tiempo que tenemos grandes defectos; podemos tener aspectos sumamente desarrollados en los que destacamos como personas y al mismo tiempo tener importantes deficiencias que muchas veces nos impiden desarrollarnos plenamente como individuos.

Sin embargo, el intentar llevar esta narrativa a un juicio en el que el delito en cuestión está categorizado como tentativa de feminicidio es un grave error. Los delitos en cuestión (al igual que su gravedad) hablan mucho más de lo que el supuesto arrepentimiento podría. Y cuando observamos este fenómeno en el rampante contexto de impunidad y violencia de género que existe en México en el que el 88.6% de los feminicidios quedan impunes, intentar exculpar a un agresor es una irresponsabilidad grave. Y el abonar a esta creencia por parte de la opinión pública tiene consecuencias sumamente negativas también, que a su vez terminan siendo parte del imaginario que termina criando a nuevos feminicidas y agresores sexuales.

La manera en la que alocamos culpas y nos expresamos sobre la responsabilidad de los crímenes es mucho más importante de lo que parece. En una época en la que las redes sociales y la opinión pública terminan teniendo un peso importante para las resoluciones legales, el intentar ver “tonos de gris” en donde no los hay es un verdadero peligro para la sociedad que estamos creando. Una en la que la impunidad no solo se ve, sino que se aprende.

La responsabilidad de Rodolfo

Mucho se ha hablado del arrepentimiento de Rodolfo, sin saber que por naturaleza para que él pudiera sentir arrepentimiento tendría primero que hacerse responsable del peso de sus acciones. Por definición el arrepentimiento se refiere a “sentir pesar por haber hecho o haber dejado de hacer algo”. Según las declaraciones de Rodolfo y su abogado hasta ahora, Rodolfo sólo parece sentirse arrepentido de estar encarcelado. Algo similar al clásico “you’re only sorry you got caught”. 

Rodolfo es uno más en el mar de hombres que cometen actos atroces contra mujeres todos los días en este país pensando que sea por contactos, recursos o simplemente por el hecho de ser hombres en un país impune sus actos no tendrán consecuencias. Es por eso que, más allá del arrepentimiento que pudiera existir o no, es sumamente importante que se condenen sus acciones con todo el peso de la ley.